El presidente Jair Bolsonaro planea eximir de visas a turistas chinos, en el marco de medidas para estimular la economía brasileña, anunció este jueves el mandatario tras llegar a Pekín, donde se reunirá el viernes con su homólogo Xi Jinping.
«Estamos yendo lo más rápido posible, siguiendo la legislación, para exonerar al turista chino de visas para ingresar a Brasil», afirmó Bolsonaro junto a su canciller, Ernesto Araújo, en declaraciones publicadas por la prensa brasileña.
Araújo explicó que la medida «no necesariamente» exige reciprocidad y que con ella se propone «atraer a turistas chinos».
Bolsonaro, que indicó que los turistas indios podrían beneficiarse de una medida similar, aspira a que el rubro turismo pase de un 6% a un 10% del PIB brasileño.
China es el país que más turistas envía al extranjero y Brasil busca ganar su cuota de ese mercado. «Actualmente unos 60.000 turistas chinos visitan Brasil cada año», según el Instituto Brasilero de Turismo (Embratur), que recomendó eximir de visas a viajeros chinos.
Este año, el gobierno brasileño también retiró el requisito de visado para turistas de Estados Unidos, Australia, Japón y Canadá, sin exigir la reciprocidad de la medida.
China es el primer socio comercial de Brasil -gracias a la gigantesca demanda de materias primas del gigante asiático- y la visita de Bolsonaro apunta a incrementar esos intercambios y a buscar inversiones para el país sudamericano, inmerso en un vasto plan de privatizaciones y concesiones.
El ultraderechista Bolsonaro, admirador de su par estadounidense, Donald Trump, que desató una guerra comercial con Pekín, afirmó durante su campaña que China estaba «comprando Brasil», pero esa línea diplomática fue temperada bajo la presión del poderoso sector del agronegocio brasileño.
En 2018, las exportaciones brasileñas a China totalizaron 66.600 millones de dólares (un 27,8% del total de la facturación externa del país sudamericano).