El Ministerio de Salud apoyará o gestionará las iniciativas necesarias para prohibir el uso de vapeadores en espacios públicos.
La decisión llega acompañada de una alerta sanitaria en la que la entidad confirma la relación que existe entre el uso de estos dispositivos y un síndrome pulmonar que ha matado a 37 personas en Estados Unidos y afectado a otras 1.888 persnas.
“El Ministerio de Salud va a dar la indicación para que se empiece a vigilarse este tipo de síndrome en toda la población y también indicar que el vapor que exhalan los usuarios de este tipo de dispositivos tiene partículas ultrafinas, químicos y metales pesados que también pueden ser dañinos para la población cercana a estas personas”, aseguró el ministro de Salud, Daniel Salas.
La entidad aún trabaja en un criterio técnico que le permita tomar una decisión en el uso de estos dispositivos, que solo en EE. UU. se relacionan con 26 muertes y 1.080 enfermos.
Según el ministerio, la relación con este mal también se vincula a dispositivos sin nicotina, que en muchos casos se ha probado que dispensan pequeñas dosis aunque digan lo contrario.
“Además existe evidencia científica sobre los riesgos a la salud que representa el uso de estos dispositivos entre los cuales están la dificultad para respirar, irritación de garganta y boca, tos seca, desarrollo de síntomas respiratorios, aumento de enfermedad respiratoria severa, reducción de la función inmune pulmonar, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolor de pecho, aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, insuficiencia renal, niveles bajos de sodio, síntomas gastrointestinales, entre otros”, añadió el ministerio en un comunicado.
La alerta sanitaria incluirá una notificación de la Enfermedad Pulmonar Grave asociada a estos dispositivos mediante directriz ministerial, el desarrollo de un protocolo de vigilancia de este mal y la forma en que este se implementará tanto en los servicios de salud públicos como privados.
El Ministerio de Salud, además, desmintió que los vapeadores o cigarros electrónicos funcionen como un método para dejar de fumar, que es una de las tesis que sus usuarios respaldan.
“La autoridad sanitaria no aprueba el uso de vaporizadores como un reemplazo o como un método para dejar de fumar porque justamente puede ser igual de dañino o incluso más que el cigarrillo normal”, finalizó el ministro.