La junta interventora del Sistema Penitenciario Nacional de Honduras informó este sábado de la suspensión del director de la cárcel de Tela, en el Caribe del país, debido a la investigación tras la muerte violenta de 18 reclusos.
La separación del cargo del director de la prisión fue confirmada a periodistas por la portavoz del Instituto Nacional Penitenciario, Digna Aguilar.
Explicó que la identidad del director del presidio no pude ser revelado “por razones de seguridad” y recordó el asesinato del director de la cárcel de “máxima seguridad” de Ilama, departamento occidental de Santa Bárbara, Pedro Armas, quien estaba suspendido temporalmente del cargo mientras se investigaba la muerte de un preso.
Al menos 18 presos murieron ayer en la cárcel de Tela, departamento caribeño de Atlántida, donde se dio un tiroteo entre reclusos por causas que investigan las autoridades.
En la reyerta resultaron al menos quince reos lesionados, algunos de gravedad, quienes permanecen ingresados en dos hospitales de Tela y la ciudad de San Pedro Sula, norte del país centroamericano.
La portavoz del Instituto Penitenciario indicó que la junta interventora nombrada el martes por el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, decidió además enviar un “continente de agentes penitenciario para reforzar la seguridad” del presidio.
Destacó que la cárcel de Tela aún no estaba bajo control de la junta interventora cuando ocurrió el episodio de violencia, el cual se suma a otros registrados en al menos cinco presidios en los últimos seis meses, que dejaron una quincena de presos fallecidos.
Aguilar dijo que la junta interventora están analizando la posible suspensión de visita de familiares a la cárcel.
El Gobierno hondureño declaró el día 17 el estado de emergencia en el sistema penitenciario después de varios episodios de violencia en al menos cinco cárceles y suspendió a las autoridades del Instituto Penitenciario Nacional, así como del Instituto Nacional para la Atención a Menores Infractores (INAMI).
El sistema penitenciario de Honduras, compuesto por unas 30 cárceles, alberga a unos 22.000 presos, cuando su capacidad máxima es de 8.000, y menos de la mitad de los reclusos han sido sentenciados, según cifras oficiales.
EFE
