“El Año Jubilar es un momento de gracia y bendición que no debe quedarse en lo histórico, sino que debe trascender a la vida pastoral de la Iglesia en Costa Rica hoy”. Así lo mencionó en declaraciones a la prensa el día de ayer, el Secretario general de la Conferencia episcopal de Costa Rica (CECOR), el Obispo de Limón, monseñor Javier Román Arias, para la presentación de la celebración de los 100 años de la creación de la Provincia Eclesiástica de Costa Rica.
La Penitenciaría apostólica de la Santa Sede aprobó la petición de los obispos costarricenses para celebrar el Año Jubilar del 16 de febrero del presente año al 16 de febrero del próximo 2021.
En la fecha mencionada, pero de 1921, el Papa Benedicto XV, con la bula “Praedecessorum”, crea la nueva Provincia eclesiástica, eleva a sede Metropolitana, la Diócesis de San José y crea las diócesis de Limón y Alajuela. Las catedrales de estas tres históricas diócesis, de las ocho que constituyen actualmente la Provincia eclesiástica de Costa Rica, serán las sedes jubilares donde los peregrinos y fieles podrán obtener las gracias espirituales e indulgencia plenaria.
Jubilo en Costa Rica
Monseñor Arias, quien también cumple con el cargo de presidente de la Comisión jubilar, informó que serán tres los momentos principales del Año Jubilar que se abrirá en la Diócesis de Limón, donde históricamente, fray Alejandro celebró la primera eucaristía, en 1502, cuando la cuarta expedición de Cristóbal Colón pisó tierras costarricenses. Por ello, el 13 de febrero, en la Catedral de Limón, tendrá lugar la Solemne Misa Inaugural con la procesión y ceremonia de apertura de la Puerta Santa. El 19 de julio, la arquidiócesis de San José será la anfitriona de una concentración nacional y, en febrero de 2021, se cierra el Centenario con un Congreso Eucarístico Nacional en la Diócesis de Alajuela.
Por su parte, el padre Mauricio Chacón, secretario adjunto de la conferencia episcopal explicó que la Acción Pastoral de la Iglesia en la celebración del centenario estará enmarcada por tres ejes fundamentales: la centralidad de la eucaristía en la vida del pueblo, la experiencia de fe desde la vida diocesana, es decir, el “ser y vivir como iglesia desde su propia diócesis” y el culto a la figura de María, mujer eucarística, “en quien la iglesia encuentra su modelo de realización”.
En rescate de la historia de fe
Durante la rueda de prensa, el padre Jafet Peytrequín, miembro de la comisión del Centenario, hizo un breve recorrido por la historia de la Iglesia en Costa Rica poniendo de relieve la dura y afanosa espera, por casi 400 años, para obtener su reconocimiento como provincia independiente. En efecto, desde la creación de la Provincia de Costa Rica por parte de la Corona española en 1565, y hasta 1850, la Iglesia quedó bajo la jurisdicción de la Diócesis de León de Nicaragua. Luego, con la bula del Papa Pio IX, “Chritianae religionis Auctor” con la que se erige la Diócesis de San José, que pasa a la jurisdicción de la sede Metropolitana de Guatemala hasta 1921 cuando se constituye como provincia eclesiástica autónoma.
De allí que en el contexto del año jubilar, los obispos quieren rescatar de la historia algunos rostros de personas, laicos, ministros, religiosos, que forjaron la vida eclesial y la vida de fe en el país. “Rescatar – dijo el padre Peytrequín – en el ámbito de la historia de cada comunidad, de cada región y a nivel nacional, a aquellas personas, no solo eclesiásticos, sino también civiles, de la política, de la educación, de la cultura, muchos de ellos anónimos, que con sus actos contribuyeron al crecimiento y la trasmisión de la fe en el país.