Hace unos meses nadie pensaba que Nicolás Maduro iba a permitir que en la economía venezolana hubiese cierta apertura, luego de 17 años de férreos controles de precios y de cambios. Sin embargo, la libre circulación de moneda extranjera, el ingreso de mercancías importadas sin pago de aranceles y la asociación con capitales internacionales en la gerencia de empresas públicas, fueron algunas medidas consentidas recientemente por el mandatario socialista.
Analistas de la coyuntura nacional han comentado que esta incipiente liberalización estuvo forzada por el sexto año de contracción del Producto Interno Bruto de Venezuela, el desplome de la industria petrolera y las sanciones económicas del gobierno de Estados Unidos.
Se estima que 60% de las operaciones comerciales en esta nación se ejecutan en dólares y esta tendencia subirá en tanto y en cuanto el bolívar continúe perdiendo valor y siga ingresando al país moneda extranjera. El equipo de Maduro lo sabe y preparó un andamiaje legal que le permitirá obtener divisas mediante el cobro de nuevos de impuestos.
La oficialista Asamblea Nacional Constituyente aprobó la semana pasada la reforma de leyes tributarias que establecieron una tasa del impuesto al valor agregado –IVA- entre 8 y 16,5%, así como el pago de una sobretasa entre 5 y 25% a bienes o servicios que se cancelen con divisas y criptomonedas que no sean el petro, la criptodivisa bolivariana. A los pagos en bolívares no se aplicará un impuesto adicional.
Y si la autoridad tributaria considera que un producto es de lujo habrá otro pago, esta vez de entre 15 y 20% extra.
Esto indica que si un consumidor adquiere una computadora en USD 700 debe sumar al costo inicial el IVA (entre 8 y 16,5%), el impuesto al lujo (entre 15 y 20%), y un porcentaje extra (5 y 25%) al ser una operación comercial hecha en divisas.
Para el diputado a la Asamblea Nacional, Ángel Alvarado, “estos aumentos nos coloca como el país más pobre con el mayor impuesto del mundo (…) configura un nuevo golpe social para la población venezolana, lo cual es la receta perfecta para generar mayor contracción económica de la que ya padece Venezuela”.
En su cuenta de Twitter, el también economista consideró que hasta las multas a los evasores fiscales se cobrarán en dólares, “esta es la receta perfecta para una política económica explícitamente contractiva que generará mayor recesión económica de la que ya se vive”.
Por su parte, el asesor de inversión y economista, José Miguel Farías, informó a Infobae que “sin duda, los cambios en la legislación tributaria corresponden a una liberalización incipiente y forzada que ha venido ocurriendo en la economía en los últimos meses”. Consideró que los números rojos en el desempeño económico de Venezuela y las sanciones americanas impulsaron esta reforma “que impactará a toda la población venezolana que no se enmarque en realizar operaciones con bolívares o en petros”.
Destacó el carácter discrecional de las tasas que se impondrán “dependerán de lo que decida el ejecutivo. Estas tasas pueden variar para cada tipo de bienes o servicios, de acuerdo a lo contemplado en la nueva legislación”.
– ¿Esta medida puede incentivar la evasión fiscal o facturaciones ficticias en bolívares para evitar pagos extra de impuestos en dólares?
– Habría que ver realmente que tan fuerte serían los niveles de fiscalización que active la autoridad tributaria. Por lo momentos, parecería lógico que los comerciantes no suministren ante ningún ente público el 100% del control contable de sus operaciones en divisas. Un IVA de 25% a las operaciones en divisas es un incentivo muy grande para intentar saltar cualquier tipo de fiscalización. En Venezuela, el 50% de las operaciones comerciales se hacen en dólares.
De los sobreprecios
El analista financiero José Ignacio Guarino estimó que en el mediano plazo “habrá sobreprecios en los productos o bienes que se coticen en dólares. Y siempre va a existir la tentación de evadir al fisco nacional si se suman más impuestos a los precios que se cobren en divisas. Si el gobierno emite une regulación clara en donde cada quien tenga bien precisado cuál va a ser su rol no debería existir una doble facturación o la evasión”, explicó a Infobae.
Consideró que estas nuevas medidas obedecen a un plan económico que está implementando Maduro en Venezuela. “Podemos no estar de acuerdo con su concepción, puede que sea desordenado y a destiempo, pero es un plan que está en marcha. El Ejecutivo sacó sus cuentas y habrá que ver cuáles son, cuánto dinero en divisa va ingresar a sus arcas”.
– ¿Estos nuevos impuestos en dólares implican que la revolución bolivariana profundizará la dolarización de facto vista en los últimos meses?
– Indiscutiblemente sí. El mercado le rompió el brazo y la camisa de fuerza ideológica al gobierno de Maduro.
En los comercios
Infobae pulsó la opinión varios comerciantes sobre la intención de Maduro de cobrar impuestos en dólares. María Fernanda Centeno es propietaria de una frutería ubicada al este de Caracas. Estimó que, “la gran mayoría de mis clientes me pagan en dólares en efectivo. Están pendiente de las nuevas reglas y me han dicho que no les emita factura de ningún tipo pues nadie quiere sumar tantos impuestos. Mi negocio es pequeño y buena parte de lo que coloco son frutas y hortalizas. Pero también vendo mermelada francesa, aceitunas portuguesas, aceite de oliva y dátiles españoles que son productos que pudieran considerarse de lujo y su costo se dispararía si, por ejemplo, a los 12 dólares de una caja de especies debo sumar 10 o 20% más”.
Comentó que “acumulo facturas en moneda nacional, así haya recibido euros o dólares. Hago un cálculo sobre la base del precio de la divisa en el mercado oficial y declaro en bolívares. Esto lo activo si alguien me pide factura o recibo y hasta el presente no he tenido ningún problema con el Seniat (autoridad autoritaria)”.
Por su parte RM- quien solicitó el anonimato- aseguró a este medio digital que “los más perjudicados de la voracidad de Maduro seremos las grandes tiendas que tenemos la obligación de presentar facturas y pagar impuestos semanalmente. El Seniat es bastante estricto pidiendo cuentas y esperamos el reglamento de las medidas para entender de qué va el asunto; hay mucha confusión”.
Este gerente de una tienda que pertenece a una cadena de farmacias considera que “no hemos recibido ni un solo pago en petros, no tenemos la capacidad técnica de recibir esa criptomoneda. Además, nuestros clientes no quieren petros sino dólares. Las ventas en bolívares son cada día más escasas y hasta el presente, nuestras facturas se emiten en moneda nacional con base al tipo de cambio oficial que emite el Banco Central de Venezuela”
Vía – Lapatilla