Desde que el presidente Jair Bolsonaro asumió el cargo en enero de 2019, Brasil aprobó 57 leyes que debilitan las leyes ambientales, desde relajar las protecciones forestales hasta desclasificar la toxicidad de docenas de pesticidas, según un nuevo análisis publicado en la revista Biological Conservation. Casi la mitad de esta legislación, 27 proyectos de ley, se aprobaron durante el apogeo de la pandemia Covid-19 en Brasil, de marzo a septiembre de 2020.
El estudio también encontró que la emisión de multas ambientales por deforestación ilegal se redujo en más del 70 por ciento durante la pandemia. Esto es a pesar de un aumento del 9.5 por ciento en la deforestación en la Amazonía durante el año pasado. La investigación fue dirigida por científicos de Brasil, Gran Bretaña y Estados Unidos.
«La administración actual está aprovechando la pandemia de Covid-19 para intensificar un patrón de debilitamiento de la protección ambiental en Brasil», escribieron los autores del estudio. «Esto tiene el potencial de intensificar la pérdida continua de biodiversidad, las emisiones de gases de efecto invernadero y la probabilidad de otros brotes de enfermedades zoonóticas, e infligir un daño sustancial a los pueblos indígenas y tradicionales».
Los autores del estudio utilizaron datos del Boletín Oficial de la Unión, el periódico legal de Brasil que publica registros de todos los decretos y cambios en la legislación. También examinaron datos mensuales de deforestación del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil y registros de multas ambientales del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA).
En abril de 2020, el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, dijo a otros ministros del gobierno en una reunión que aprovecharan cómo «la atención de los medios está casi exclusivamente en Covid… para abrir las compuertas y cambiar todas las reglas y simplificar las normas». En los meses posteriores a la declaración de Salles, los legisladores y funcionarios brasileños hicieron precisamente eso. En julio, se redujo o eliminó la clasificación de toxicidad de 47 plaguicidas, encontró el estudio. En junio, otra ley hizo que «ya no sea necesario restaurar todas las áreas de conservación ambiental permanente, incluso si están deforestadas ilegalmente», informó SciDev.net.. Se redujo la cantidad de biodiesel agregado al diesel brasileño, del 12 al 10 por ciento. Las leyes comenzaron a permitir permisos de minería en áreas designadas incluso antes de que se completaran la autorización final y las revisiones ambientales. Y varios líderes militares fueron designados para agencias ambientales.
«Los efectos de tales cambios probablemente durarán décadas», escribieron los científicos.
