Esta es la historia de la tenista tica que quedó cuadripléjica y volvió a caminar.
Un día de febrero del 2015 Paula Umaña Hidalgo no se pudo levantar de su cama.
Así empezó un duro capítulo en la vida de esta tica, hermana de la periodista Glenda Umaña, quien estuvo cuadripléjica por más de un año, con un pronóstico de que jamás volvería a caminar.
Paula nació en el barrio La Margarita de Guadalupe, es la menor de siete hermanos y tiene 47 años.
Está casada con el francés Sergio Sautre y tiene cinco hijos.
Precisamente, en diciembre del 2014 nació su quinto hijo, Charles, y dos meses después llegó la enfermedad: polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica.
Esta afecta las piernas y brazos porque se inflaman los nervios y las raíces nerviosas; además, el cansancio aumenta todos los días a tal punto que se vuelve imposible moverse de una cama.
Eso sin duda fue durísimo ya que, desde chiquilla, a Paula le gustaba chirotear, cuando iba la escuela María Inmaculada de Moravia y al colegio Calasanz en San Pedro de Montes de Oca demostró que lo suyo era mantenerse activa casi que las 24 horas.
Fue para esas épocas que se enamoró del tenis de campo.
De la noche a la mañana
Como tenista lo ganó todo en el país, participó en diferentes ediciones de la Copa del Café y se mantuvo nueve años como la raqueta femenina número uno de Costa Rica.
Hace 20 años se fue para Gringolandia, específicamente a la ciudad de Atlanta, en el estado de Georgia.
“Mi enfermedad me postró en una cama una noche, así, sin darme tiempo para nada. Primero fueron los pies los que no podía mover y poco a poco se unieron otras partes del cuerpo hasta que quedé cuadripléjica.
“Fue algo muy difícil de asimilar porque pasé de ser, por tener cinco hijos, la súper mamá que andaba para arriba y para abajo, de ser la campeona del tenis, a necesitar ayuda hasta para ir al baño y a andar en silla de ruedas”, recordó Paula.
Amigos, familiares y gente de diferentes partes del mundo, gracias a una campaña en redes sociales; colaboraron económicamente para el tratamiento que necesitaba.
Estuvo tratándose por más de cinco meses en el Shepherd Center, un hospital especializado (es el segundo mejor del mundo) para personas que quedan cuadripléjicas; el cual casualmente se ubica en Atlanta.
“En esa parte del proceso de rehabilitación lo que me enseñaron fue a echar pa’ lante con la parte de mi cuerpo que se podía mover, que era muy poca. Es un tratamiento duro porque uno se enfrenta con uno mismo todos los días”, comentó.
La Negrita
“Avancé con el tratamiento y, vea que casualidad, el día que por fin pude sentarme en la cama otra vez fue el 2 de agosto del 2015; el día de Nuestra Señora de Los Ángeles, la Negrita.
Desde hace 20 años me traje una imagen bien grande y la puse en el patio de mi casa, soy bien devota de ella; ese mismo día gran parte de mis familiares hicieron la romería por mi salud”, comentó.
Los siguientes tres años fueron una gran batalla por volver a caminar; sobre todo porque cuando se enfermó la mayor de sus hijas, Marie, tenía 12 años; Clara tenía 10; Felicite seis años; Ana Cecilia cinco, y Charles era un bebito.
Un buen día, en el 2018, conoció sobre Ryan Blanck, un estadounidense que hacía aparatos especiales para veteranos de guerra con problemas para caminar.
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Esos aparatos se llaman ExoSym, se ponen en las piernas y permiten a quienes tienen problemas severos de movilidad; incluso que están en sillas de ruedas, que puedan caminar incluso sin ayuda de bastones o andaderas.
Para julio del 2018, después de pasar 15 días en la ciudad de Seattle; en el estado de Washington, aprendiendo a usar su ExoSym; este aparato le permitió volver a casa caminando con sus propios pies; sin ayuda de la silla de ruedas.
“Fue la primera vez que mi hijo Charles me vio caminando, estaba demasiado emocionado, lo primero que me pidió fue que le agarrara la mano y caminara con él; eso jamás había pasado y él incluso se lo había pedido a Dios”, contó.
Durante el proceso de recuperación, la tica jamás cerró su pequeña empresita.
No podía ni moverse al inicio, pero no quiso bajar los brazos con el negocio que le daba de comer: ser entrenadora de tenis de campo de niños en edad escolar.
Conforme fue dando avances en su enfermedad se compró un scooter especial para quienes no pueden caminar y así iba a dar clases de tenis; no podía ni sostener la bola, pero daba la gran batalla.
Tenista tica cuadripléjica cuenta su historia
Por estos días del 2021, Paula sigue como entrenadora de tenis, con los ExoSym puede caminar y todo lo que vivió le ha servido para convertirse en motivadora de vida; tanto así que recientemente publicó un libro que se llama: “Cuarenta regalos de esperanza. Aliento en la enfermedad y el sufrimiento”.
En ese libro presenta 40 historias de personas que vivieron o viven una enfermedad fuerte; que están a punto de morir, que lucharon contra la depresión, el suicidio o el cáncer.
Además, es parte de la “Catholic Speakers Organization”, la mayor organización católica en el mundo de conferencistas; quienes la han llevado por todo Estados Unidos contando su historia de superación.
“Más que un libro, es una herramienta para el que sufre, el enfermo; el que diagnostican con una enfermedad grave o terminal y no sabe qué hacer con ese diagnóstico y la familia no sabe ni qué decirle.
“Cuando uno está enfermo grave, va a verlo la familia, amigos, los doctores, todo el mundo le da palabras de aliento y, en mi caso, todos los que me animaban; pues se iban caminando y yo seguía postrada en una cama. Estar enfermo grave provoca ira, dolor, se sufre y a uno le cuesta creer en los que están sanos; por eso entrevisté a personas de Argentina, España, Estados Unidos, Costa Rica; con enfermedades fuertes quienes muy amablemente contaron sus experiencias”, aseguró.
Con información de La Teja CR
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