El jugador del equipo Novo Hamburgo, Nikolas Farias, del fútbol de Brasil, ha sido suspendido por 720 días, debido a prácticas de amaño de partido en apuestas ilegales, así lo anunció el tribunal deportivo de Rio Grande do Sul.
Con ello se pone fin previsiblemente a su carrera futbolística, ya que, tras dos años sin práctica, resulta casi imposible volver a la cancha. Además, el futbolista deberá pagar una multa de 80.000 reales (unos 16.000 euros).
Suspenden a jugador de fútbol de Brasil por apuestas ilegales
El tribunal consideró probado que, en un partido, Farias provocó premeditadamente un penal. Ni el jugador ni su abogado estuvieron presentes, aunque habría sido interesante conocer su versión. Según el diario O Globo, tampoco asistió un representante del club.
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El Novo Hamburgo rescindió el contrato con el futbolista y a todas luces no quería tener nada más que ver con el asunto.
El caso de Nikolas Farias refleja la forma en que el fútbol brasileño enfrenta el escándalo de apuestas que prácticamente a diario genera nuevos titulares. Los clubes apenas hablan, la federación escabulle en buena medida el asunto. Los afectados son principalmente jugadores con bajos salarios de las ligas inferiores, que, al parecer, intentan mejorar por esta vía sus ingresos.
De acuerdo con lo que se sabe hasta ahora, algunos han provocado, por ejemplo, penales o expulsiones de la cancha para manipular apuestas y luego participar en las ganancias. O han apostado con nombres ajenos. Sin embargo, también hay partidos de la segunda y la primera división en la mira de los investigadores.
Desconfianza general
El historiador Derê Gomes, de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, opina que «este escándalo ha provocado ya una desconfianza general entre hinchas y jugadores. Especialmente con los jugadores de equipos de ligas inferiores, que reciben menores sueldos”.
Un fallido saque de costado ya no es visto como un error personal, sino que despierta sospechas. «Solo cuando este escándalo se haya aclarado por completo y los jugadores involucrados hayan sido sancionados, podrá restablecerse una sana relación de confianza”, dijo Gomes.
Investigación parlamentaria
El esclarecimiento del caso está ahora en manos de la esfera política. Felipe Carreras, quien dirigió la comisión parlamentaria encargada, dijo que se trata del mayor escándalo en la historia del fútbol brasileño.
Y remarcó que no se trata solo de poner al descubierto los entretelones de este sistema corrupto, sino de sancionar ejemplarmente a los implicados y de impulsar leyes que pongan coto a este tipo de delitos.
Falta de regulación
También se buscan causas del escándalo más allá del ámbito deportivo. Gomes considera que una razón radica en «la falta de regulación de las oficinas de apuestas, que ha posibilitado un crecimiento exponencial de docenas de empresas, que incluso constituyen hoy la mayoría de los auspiciadores de los clubes”.
Además, menciona la precaria situación financiera de jugadores y árbitros que no están en la primera plana. Según datos de la Confederación Brasileña de Fútbol, el 80 por ciento de los jugadores profesionales gana menos de 1.000 reales, algo más de 200 dólares, al mes. A juicio de Gomes, la CFB no hace lo suficiente para lograr un necesario equilibrio financiero en el fútbol, «pese a que esta gran pasión popular mueve millones de reales”.
Con información de | DW
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