La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado del resurgir “dramático” del sarampión en Europa, y concretamente cuatro países han perdido el estatus de haber erradicado la enfermedad: Reino Unido, Albania, República Checa y Grecia
Europa ha registrado en el primer semestre de este año 89.994 casos de sarampión, más que en todo 2018 (84.462).
Los datos muestran que continúa la tendencia al alza iniciada en los últimos años, pasando de 5.273 casos en 2016 a 25.863 en 2017, según la Comisión Regional Europea para la verificación del sarampión y la rubeola, que se basa en los datos de los 53 países que componen el área europea de la OMS.
El restablecimiento de la transmisión del sarampión “es preocupante”.
Si no se alcanza y se mantiene una alta cobertura de inmunización en cada comunidad, niños y adultos “sufrirán de forma innecesaria y algunos morirán”, ha señalado en un comunicado el presidente de esa comisión, Günter Pfaff.
Erradicado en España
Esta comisión ha constatado que por primera vez desde que se inició el proceso de verificación en la región en 2012, Austria y Suiza han alcanzado el estatus de haber erradicado dicha enfermedad.
Esa condición, que exige haber demostrado la interrupción de la transmisión endémica durante al menos 36 meses, la tenían a finales del año pasado 35 países de la región (entre ellos España), dos menos que un año antes.
Sarampión: 37 muertes
Los datos provisionales de 2019 registran 37 muertes por sarampión, la mitad de los que hubo en todo el año anterior, según la oficina regional de la OMS, con sede en Copenhague.
La directora de la oficina regional de la OMS, Zsuzsanna Jakab, resaltó los “grandes esfuerzos” realizados para avanzar hacia la eliminación del sarampión, pero avisó de que los brotes actuales demuestran la necesidad de impulsar más medidas.
OMS: Sarampión en el mundo
Según la OMS, solo en los siete primeros meses de 2019 se reportaron en el mundo 364.808 casos de sarampión, tres veces más que los 129.239 en el mismo periodo de 2018.
La incidencia de la enfermedad en África se ha multiplicado por diez.
Madagascar (127.000 casos), Ucrania (54.300) y la República Democrática del Congo (7.500) fueron los tres países más afectados en el periodo.
Importantes brotes de esta enfermedad se han producido en países como Angola, Camerún, Chad, Kazajistán, Nigeria, Filipinas, Sudán, Sudán del Sur y Tailandia.
Enfermedad muy contagiosa
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el sarampión es una enfermedad muy contagiosa y grave causada por un virus.
Antes de que la vacuna se introdujera en 1963 y se generalizara su uso, cada 2-3 años se registraban importantes epidemias de sarampión que llegaban a causar cerca de dos millones de muertes al año.
Se calcula que en 2017 murieron 110 000 personas por esta causa, la mayoría de ellas menores de 5 años y a pesar de existir vacunas seguras y eficaces.
El sarampión es causado por un virus de la familia de los paramixovirus y normalmente se suele transmitir a través del contacto directo y del aire.
El virus infecta el tracto respiratorio y se extiende al resto del organismo. Se trata de una enfermedad humana que no afecta a los animales.
Se estima que entre 2000 y 2017 la vacuna contra el sarampión evitó 21,1 millones de muertes.
A nivel mundial, las defunciones por sarampión han descendido un 80%.
Manifestaciones clínicas
La misma fuente explica en su página web que el primer signo del sarampión suele ser la fiebre alta, que comienza unos 10 a 12 días después de la exposición al virus y dura entre 4 y 7 días.
En la fase inicial, el paciente puede presentar rinorrea, tos, ojos llorosos y rojos, y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas.
Al cabo de unos tres días aparece un exantema, generalmente en el rostro y la parte superior del cuello, que va extendiendo, acabando por afectar a las manos y pies.
El exantema dura 5 a 6 días, y luego se desvanece.
El intervalo entre la exposición al virus y la aparición del exantema oscila entre 7 y 18 días (media de 14 días).
Las más graves son la ceguera, la encefalitis (infección acompañada de edema cerebral), la diarrea grave (que puede provocar deshidratación), las infecciones del oído y las infecciones respiratorias graves, como la neumonía.
Los casos graves son especialmente frecuentes en niños pequeños malnutridos, y sobre todo en los que no reciben aportes suficientes de vitamina A o cuyo sistema inmunitario se encuentra debilitado por el VIH/SIDA u otras enfermedades.
Poblaciones en riesgo
la OMS también señala que los niños pequeños no vacunados son quienes corren mayor riesgo de sufrir el sarampión y sus complicaciones, entre ellas la muerte.
Las mujeres embarazadas sin vacunar también constituyen un importante grupo de riesgo.
Sin embargo, puede infectarse cualquier persona que no esté inmunizada (es decir, que no haya sido vacunada y no haya sufrido la enfermedad).
El sarampión sigue siendo frecuente en muchos países en desarrollo, sobre todo en algunas zonas de África, Asia.
La abrumadora mayoría (más del 95%) de las muertes se registran en países con bajos ingresos per cápita e infraestructura sanitaria deficiente.
Transmisión
El virus del sarampión, apunta la OMS, es muy contagioso y se propaga por la tos y los estornudos, el contacto personal íntimo o el contacto directo con secreciones nasales o faríngeas infectadas.
El virus presente en el aire o sobre superficies infectadas sigue siendo activo y contagioso durante periodos de hasta 2 horas, y puede ser transmitido por un individuo infectado desde cuatro días antes hasta cuatro días después de la aparición del exantema.
En países donde el sarampión ha sido prácticamente eliminado, los casos importados de otros países siguen siendo una importante fuente de infección.
Tratamiento
Y de acuerdo con al misma fuente no existe ningún tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión.
Las complicaciones graves del sarampión pueden reducirse con un tratamiento de apoyo que garantice una buena nutrición, una ingesta suficiente de líquidos y el tratamiento de la deshidratación con las soluciones de rehidratación oral recomendadas por la OMS (para reponer los líquidos y otros elementos esenciales que se pierdan con la diarrea o los vómitos).
Se deben prescribir antibióticos para tratar la neumonía y las infecciones de los oídos y los ojos.
Todos los niños diagnosticados de sarampión deben recibir dos dosis de suplementos de vitamina A con un intervalo de 24 horas entre ambas.
Además, se ha demostrado que los suplementos de vitamina A también reducen la mortalidad por sarampión.
Vía – EFE