Venezuela recupera el pacto para solicitar ayuda militar exterior / Todas las cartas sobre la mesa

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El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), conocido como Tratado de Río, suscribe el compromiso de defensa mutua entre naciones miembro de la OEA ante ataques armados

El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, anunció ayer la reincorporación oficial de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) al ser aprobada por unanimidad por la Asamblea Nacional y aclamada por la multitud congregada en la Plaza Alfredo Sadel en Caracas.

En esa misma plaza hace seis meses tuvo lugar la juramentación de Guaidó como presidente encargado de Venezuela y para celebrarlo nada mejor que anunciar la aprobación parlamentaria compartida con el público del TIAR entre otros puntos de la agenda parlamentaria.

Los caraqueños nunca se habían visto compartiendo las grandes decisiones de un gobierno como el de Guaidó, cuya gestión vertiginosa ha marcado un antes y después desde que fue nombrado presidente de la Asamblea Nacional el 5 de enero pasado.

El TIAR es un tratado interamericano que fue aprobado en Rio de Janeiro en 1947 del cualVenezuela se retiró por orden de Hugo Chávezen junio del 2012, unos meses antes de morir de cáncer. Este mecanismo se ha invocado pocas veces. Con ocasión del ataque británico en las Malvinas, Argentina lo invocó en 1982.

En su alocución en la sesión parlamentaria abierta a la calle, Guaidó no especificó en qué terreno se va a aplicar el TIAR pero sugirió la posibilidad de formar una coalición militar internacional para proteger la ayuda humanitaria. El objetivo de esa ayuda es atender a unos 6,8 millones de venezolanos que están en el umbral de la hambruna, según cifras de las Naciones Unidas.

Ayuda humanitaria

El 23 de febrero pasado el régimen de Nicolás Maduro impidió la entrada de ayuda humanitaria con el sabotaje de los grupos paramilitares colectivos chavistas que hasta incendiaron un camión lleno de medicinas y productos para las personas necesitadas.

Para el presidente interino no hay vuelta atrás, «estamos entre la vida y la muerte». Dijo que lo importante es atender la urgencia humanitaria y terminar con el sufrimiento de los venezolanos, «estamos a tiempo para salvar vidas».

Al presidente interino no le tembló el pulso cuando lanzó ayer el tratado interamericano largamente esperado por la oposición y que fue previamente consultado con la sociedad organizada y los sindicatos en el Frente Amplio.

Al comenzar su discurso Guaidó, que acaba de cumplir 36 años, relató una anécdota de un pescador que lo llevó en su barca (peñero) a la isla de Margarita. El pescador margariteño le confesó lo arriesgado que era llevarlo en la barca, «sé que puedo ir preso, pero sigo aquí, porque nos toca ganar».

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