La suspensión de pagos anunciada esta madrugada por el turoperador británico Thomas Cook, uno de los mayores a nivel global, ha dejado en tierra a 600.000 viajeros en todo el mundo y supone un duro golpe para dos de sus principales destinos en España: Baleares y Canarias.
A la espera de conocer el número de españoles afectados, los empresarios y los gobiernos autónomos de ambos archipiélagos han mostrado su preocupación por el colapso del turoperador, que dejará pérdidas millonarias en ambos destinos.