El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, abrió este martes los debates de la Asamblea General de la ONU, ante la que pidió «respeto» para la soberanía de su país en la Amazonía y dejó además una muy dura condena al «socialismo».
El líder de la ultraderecha brasileña, en el poder desde enero pasado, utilizó por primera vez la tribuna de las Naciones Unidas y reiteró sus quejas por la «exageración» y la «manipulación» en torno a los recientes incendios en la Amazonía y también para expresar una dura condena al socialismo, que encarnó en Cuba y Venezuela.