Corea del Norte lanzó el miércoles 2 de octubre un misil balístico, posiblemente desde un submarino, solo unos días antes de la reanudación esperada de las negociaciones nucleares entre Estados Unidos y ese país, después de un paréntesis de siete meses.
El proyectil voló unos 450 kilómetros a una altitud máxima de 910 kilómetros sobre las aguas frente a la ciudad costera oriental de Wonsan, según un comunicado el Estado Mayor Conjunto de Seúl. Las autoridades de inteligencia de Corea del Sur y Estados Unidos analizaban los detalles del lanzamiento.
«Actualmente, nuestras fuerzas mantienen una postura de preparación mientras observan movimientos relacionados contra lanzamientos adicionales», dijo el miércoles el Jefe de Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur en el comunicado difundido por la Casa Azul, la oficina presidencial de Corea del Sur.
El comité permanente del Consejo de Seguridad Nacional de Corea del Sur celebró una reunión después de la prueba y expresó su «gran preocupación». Esta parece ser el arma más poderosa que Corea del Norte ha probado desde la cumbre de febrero en Vietnam entre el presidente Trump y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.
Si bien Trump ha minimizado las pruebas de Pyongyang, esta provocó especulaciones de que las conversaciones podrían retrasarse. Corea del Norte ha emitido un ultimátum, amenazando con abandonar las negociaciones si Estados Unidos no muestra una estrategia más flexible y llega a la mesa con concesiones para fin de año.