El canciller español, Josep Borrell, expresó este lunes su rechazo a adoptar sanciones contra sectores económicos de Venezuela para no perjudicar «todavía más» al pueblo venezolano, durante su examen ante la Eurocámara como próximo jefe de la diplomacia europea.
«Sanciones individuales sí (…) y seguiremos votando más (…) pero francamente estoy en contra de que se apliquen sanciones que golpeen todavía más duramente a un pueblo que se encuentra ya al borde de la extenuación y de la miseria», aseguró Borrell preguntado sobre la situación en Venezuela.
El español sigue así el camino iniciado por la actual jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, que siempre ha abogado por sanciones contra responsables del deterioro de la democracia y los derechos humanos, pero ha rechazado apuntar a sectores como lo hace Washington para no recrudecer la crisis humanitaria.
Venezuela se convirtió en 2017 en el primer país latinoamericano sancionado por la UE que, desde entonces, ha impuesto un embargo de armas, así como sanciones contra 25 funcionarios venezolanos, los últimos siete el mes pasado por «torturas» y «violaciones de derechos humanos.
Los 28 países, cuya política exterior se decide por unanimidad, son reticentes a elevar la presión al máximo, con sanciones a Maduro, para no cerrar canales diplomáticos, pese a que Estados Unidos y los opositores al presidente del país le piden una posición más dura.
Con sus sanciones, que son reversibles, y sus contactos diplomáticos, sobre todo a través del Grupo Internacional de Contacto (GIC), la UE presiona por una «solución pacífica, política y democrática» a la crisis en Venezuela.