Este lunes se conoció el veredicto que anula la condena de 30 años que recibió en 2017 esta joven, que fue violada y no sabía que estaba embarazada. Decenas de mujeres se reunieron frente a la corte –el Centro Judicial de Ciudad Delgado en El Salvador– para exigir justicia para Evelyn, pues no cometió ningún delito: solo sufrió un parto extrahospitalario. Este es el segundo juicio que enfrenta la joven en el país centroamericano que atenta contra los derechos de las mujeres más pobres.
La joven sobreviviente de abuso Evelyn Hernández, de 21 años, fue absuelta este lunes en El Salvador del crimen de homicidio del que se le acusaba en ese país, con una de las leyes antiaborto más radicales de la región. El juez José Virgilio Jurado Martínez, del tribunal de sentencia de Cojutepeque en San Salvador, falló que ahora la joven debe quedar en libertad.
«No tengo certeza, no puedo condenar a Evelyn, no tengo nada más que decir», aseguró Jurado Martínez durante la lectura de su decisión.
Hernández fue condenada a mediados de 2017 por la jueza Nury Velásquez a 30 años de prisión por haber sufrido un aborto involuntario. Aunque ella ni siquiera sabía que estaba embarazada, la acusaron de homicidio involuntario. Pasó 33 meses presa y en febrero de 2019 fue liberada luego de que un tribunal determinara que no había elementos que la hicieran responsable por la muerte de su bebé. En julio de este mismo año, la Fiscalía de El Salvador decidió sentarla otra vez en el banquillo. Así llegamos a este lunes 19 de agosto, día en el que se esperaba la decisión.
«Gracias por estar aquí. Le agradezco a mi madre por acompañarme siempre. Ha sido duro ver cómo me acusaban de algo de lo que era inocente», dijo Evelyn este lunes a la salida de la corte en la capital salvadoreña, antes de pedir también por la libertad de otras mujeres que continúan en prisión, tras ser acusadas de delitos similares.
En El Salvador el aborto es un delito sin importar que la vida de la madre haya estado comprometida en medio de una emergencia obstétrica.
En los últimos 20 años el Estado ha condenado a décadas de prisión a decenas de jóvenes pobres violadas por sus padrastros, pandilleros o vecinos, y cuyos embarazos son producto de esa brutalidad, como le pasó a Evelyn. Son acusadas de asesinar a sus hijos sin importar lo que ellas puedan explicar. Según registros de la organización Women’s Equality Center (WEC), existen 149 casos de mujeres condenadas por la muerte de sus bebés en este país centroamericano: 17 de ellas siguen privadas de libertad.