La magnitud de la violencia y la inestabilidad en Siria continúan produciéndose a niveles alarmantes, destacó este jueves el enviado especial del Secretario General de la ONU para ese país, Geir O. Pedersen, durante una reunión en el Consejo de Seguridad sobre la situación en la nación árabe.
“Tenemos un número cada vez mayor de víctimas civiles; millones de desplazados; decenas de miles de detenidos o desaparecidos; grandes partes del territorio sirio fragmentadas entre los diferentes actores; enfrentamientos entre estados; un ISIS renacido que intensifica sus ataques guerrilleros; y la falta del lanzamiento de un proceso político real. Estas dinámicas pueden y deben cambiar”.
Entre las grandes preocupaciones inmediatas relacionadas con la situación en el terreno, Pedersen enumeró cinco, la primera de ellas en el noroeste del país, especialmente en Idlib.
El diplomático recordó que, pese al intento de Rusia y Turquía de restablecer un cese del fuego a principios de agosto, las hostilidades en Idlib y sus alrededores se reanudaron rápidamente.
Un punto en el que también ahondó el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, quien se dirigió al Consejo antes de la intervención de Pedersen.
Lowcock dijo que, según las estimaciones más conservadoras, más de 500 civiles han muerto y muchos cientos más han resultado heridos desde el comienzo de la escalada en el noroeste de Siria a finales de abril, como indica el reciente informe del Secretario General sobre la aplicación de las resoluciones del Consejo para Siria, que se publicó el 21 de agosto.
A esa devastadora cifra, añadió que durante el fin de semana del 16 al 18 de agosto fallecieron otros 44 civiles como consecuencia de ataques aéreos y que durante esta semana perecieron 32 civiles más.
La Organización Mundial de la Salud y UNICEF informaron, por su parte, que desde el inicio de los combates en abril se vieron envueltos en las refriegas 43 centros sanitarios, 87 educativos, 29 estaciones de agua y 7 mercados.
La necesidad de un cese del fuego
Pedersen también manifestó su preocupación por la situación en el noreste del país debido a las tensiones iniciadas el pasado julio, cuando se produjo una concentración de tropas en el lado turco de la frontera. El diplomático dijo que se pudo evitar el conflicto gracias a las conversaciones entre Estados Unidos y Turquía en agosto.
A todas estas inquietudes le sumó las crecientes tensiones entre Israel e Irán; los informes sobre detenciones, manifestaciones, desapariciones y asesinatos en el suroeste de Siria y los numerosos peligros a los que se enfrentan las familias sirias.
En este contexto, señaló que “debería estar más claro que nunca” que no hay una solución militar para Siria y que nunca ha sido más pertinente y necesario un cese del fuego de alcance nacional, como lo estipula la resolución 2254 del Consejo.
Añadió que solo un proceso político puede “restaurar la soberanía de Siria, proteger los derechos y el futuro de todos los sirios, y comenzar a abordar las profundas divisiones dentro de la sociedad siria”.
El Comité Constitucional, estancado
Del mismo modo, subrayó los esfuerzos que ha emprendido para cumplir con su mandato de facilitar las negociaciones entre sirios con el fin de iniciar un proceso para elaborar una nueva constitución, en virtud de la cual se celebrarían elecciones bajo la supervisión de las Naciones Unidas.
Entre esos esfuerzos mencionó las consultas que mantuvo con el Gobierno y la oposición para tratar de alcanzar un acuerdo sobre la creación de “un comité constitucional creíble, equilibrado e inclusivo”, e informó haber alcanzado un “sólido consenso” en varios aspectos importantes como la copresidencia del Comité, entre otros.
Finalmente destacó las conversaciones que mantuvo con ambas partes a principios de julio sobre “los detalles restantes de un conjunto de medidas para resolver los nombres pendientes [de los integrantes del comité constitucional] y acordar el mandato y el reglamento básico”, y expresó su esperanza de que las Naciones Unidas estén en condiciones de anunciar un acuerdo antes de la Asamblea General.
Vía – ONU