Ni el gobierno ni el BCV logran detener la arremetida del precio del dólar paralelo, el cual se disparó Bs. 30.689 en dos semanas. La inestabilidad económica continuará mientras persista la crisis institucional y política del país.
El aumento significativo del dólar paralelo en las últimas semanas de 2019 dejó en evidencia una vez más la imposibilidad de las autoridades monetarias y financieras para estabilizar el mercado cambiario. Pero a las distorsiones presentes desde un buen tiempo en la economía, ahora se le suma otro elemento con la aparición de un nuevo marcador del dólar: los bodegones.
“¿A cuánto el dólar?”, es la pregunta que continuamente se escucha en los comercios del país. Desde finales de 2019 se observa que no solo las páginas web muestran sus propios cálculos sobre la cotización de la divisa no oficial sino también los llamados bodegones, este nicho comercial que ha inundado al país en el último año gracias a los beneficios tributarios de importación.
Con el incremento de la dolarización transaccional en Venezuela, la cual se intensificó en 2019 dada la anuencia de la administración de Nicolás Maduro y del Banco Central de Venezuela (BCV), muchos comercios y principalmente los bodegones comenzaron a ofertar su propio tipo de cambio con el cual cotizan sus productos a los clientes, muy diferente al del dólar oficial y al del paralelo.
En una visita realizada a varios establecimientos comerciales en Caracas, se pudo observar que la cotización ofrecida por sus dueños resultaba ser más baja que el precio promedio del mercado paralelo publicada por las páginas web dedicadas al tema, pero también muy por encima del tipo de cambio oficial.
En pocos comercios, el precio para intercambiar el dólar era mayor al paralelo. Pero en algunas cadenas comerciales comenzaron a cotizarlo igual al dólar oficial cuando el precio de la divisa se disparó.
Con el impulso del dólar -además- varios negocios procedieron a incrementar en dólares los precios de los productos, a pesar del alza continua de la inflación. “Mientras que en diciembre un par de zapatos de marca costaba 60 dólares, ahora lo quieren vender en 110 dólares, una barbaridad”, cuenta Soraya Pineda, maestra de 36 años de edad.