El descuartizamiento de una joven en un mirador de Escazú hace 9 meses fue por rencillas personales vinculadas a las drogas y no por a su orientación sexual, según el OIJ.
Diferencias con un sujeto de origen salvadoreño, así como el robo de pequeñas cantidades de droga y dinero, motivaron el crimen de una joven identificada como Stephannye Paola Castro Mora.
El hecho trascendió en noviembre del 2018 cuando un vecino de Bebedero de Escazú vio que un perro llevaba un brazo humano.
A partir del tatuaje que se apreciaba en los restos de la extremidad fue posible identificar a la joven quien era vecina de Buenos Aires de Puntarenas y residía en San José.
El OIJ determinó que el principal sospechoso de descuartizar a Stephannye un extranjero de 35 años.
Según la Sección de Homicidios el extranjero abandonó el país dos días después del crimen.
De acuerdo con las pesquisas judiciales, la víctima compartía una casa con el sospechoso, otro hombre y una mujer.
Las constantes diferencias entre Stephannye y el sospechoso motivaron el homicidio.
Tras la muerte de la joven de 28 años, familiares, algunos diputados y muchas personas en redes sociales, especularon que el caso obedeció a un crimen de odio debido a la orientación sexual de la víctima.
Sin embargo, tal posibilidad fue descartada en la investigación.
El OIJ presentó al Ministerio Público el informe final del caso en junio, sin embargo, en la Fiscalía informaron que, por el momento, no se tramita ningún expediente relacionado con el prófugo.
Con información de Teletica
