El 24 de noviembre de 2018 un grupo de hinchas de River Plate lanzó piedras y botellas contra el autobús de los jugadores de Boca Juniors, rompió los vidrios, hirió a los futbolistas y el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores se mudó a Madrid.
Esta noche, un autobús blindado y unos 1.700 efectivos policiales serán parte de un impresionante operativo de seguridad que buscará evitar agresiones para que el encuentro de ida de la semifinal de la Copa Libertadores entre el Xeneize y el Millonario se juegue en paz.
Vía – EFE