La violencia en la zona de frontera con Venezuela no da tregua. Entre 2012 y 2019 fueron asesinadas en este territorio 4.911 personas, es decir cerca de dos personas por día.
Así lo revela un informe de la Fundación Paz y Renconciliación (Pares), que detalla, además, 203 secuestros y 71 menores reclutados forzosamente en este mismo periodo de tiempo.
“Actualmente en la zona fronteriza hacen presencia 28 estructuras armadas ilegales”, entre las que se encuentran el Eln, el Epl, Los Rastrojos, el Clan del Golfo y disidencias de las Farc, indica el estudio.
El alto índice de violencia que se presenta en buena parte de los 2.219 kilómetros se debe a que, según Pares, la zona es un espacio dominado por las economías ilegales como la del narcotráfico, el contrabando de gasolina y el tráfico de armas y personas.
“La múltiple presencia de estructuras armadas ilegales se traduce en la existencia de unas constantes disputas armadas que tienen como propósito el posicionamiento y dominio de estos actores sobre dichos mercados, lo que explica la fuerte ola de violencia que se vive en la frontera”, dice la fundación.
Pero la dinámica de violencia no es la misma en todos los puntos de frontera que comparte Colombia con Venezuela.
Por ejemplo, en el Catatumbo se vive una guerra abierta de carácter regional entre actores ilegales, especialmente entre el Eln y el Epl.
La dinámica es distinta en La Guajira, donde se libra un conflicto de carácter más local principalmente en el municipio de Maicao, entre organizaciones que buscan el control de los pasos fronterizos, donde se presenta contrabando y tráfico de personas.
“Un tercer escenario es identificado en Arauca donde el Eln, en ausencia de disputas abiertas contra otras organizaciones ilegales ha mantenido un control hegemónico”, explica el informe.
Por último, se resalta que hay espacios en una tensa calma, pero donde se prevén disputas en los próximos meses. Esto podría suceder por la reconfiguración que se estaría dando en al menos tres organizaciones de tipo regional: estructuras pos-Farc agrupadas en torno a Gentil Duarte (once disidencias), estructuras agrupadas bajo Iván Márquez y Santrich (al menos cuatro), y estructuras independientes dedicadas al narcotráfico.