La interrupción de los estudios para conocer los problemas y necesidades de salud de la población, podría propiciar que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) haga sus inversiones fuera de las zonas de mayor riesgo. La situación fomenta la inequidad en la atención y el uso ineficiente de recursos públicos.
A esa conclusión llegó la Contraloría General de la República (CGR) en un informe sobre las acciones tomadas por la Caja, para fortalecer la planificación de los servicios de salud y de infraestructura de apoyo.
El ente contralor analizó los acuerdos de la Junta Directiva entre el 1 de enero de 2014 y el 31 de diciembre de 2018. Tomó la decisión de auditar las medidas, al considerar que los servicios de salud es una de las áreas con mayor impacto en el bienestar de la ciudadanía y las finanzas. En 2019 se le asignó una partida de ¢2,6 billones (millones de millones). La cifra equivale al 64% del presupuesto total institucional.
La Contraloría destacó que para una adecuada prestación de servicios la infraestructura debe responder a las necesidades de salud. La CCSS maneja un portafolio de proyectos, tanto en obras como tecnologías, con un presupuesto para el periodo 2017-2021 con un monto de ¢841.683 millones.
Información desactualizada
La Contraloría halló que la Caja dejó de efectuar el diagnóstico de los servicios de salud en el 2016.
En su lugar, la institución realiza análisis aislados con base en fuentes de información, algunas «desactualizadas» según el informe, como los Análisis de Situación de la Salud (ASIS) del Ministerio de Salud. A este Análisis se le detectaron debilidades como:
- no permiten identificar los mayores riesgos para la salud
- no establecen las prioridades de atención
- no proponen servicios requeridos ni identifican los recursos necesarios
Según el estudio la CCSS no cuenta con información actualizada y completa de los servicios, recursos humanos y equipos que caracterizan a cada tipo de establecimiento de salud.
En su ausencia, la Caja utiliza insumos para identificar la complejidad de los centros, calificados por la Contraloría como desactualizados, obsoletos o muy generales. Tampoco usa insumos propios, como los Grupos Relacionados de Diagnóstico (GRD) y los subprocesos de servicios en especialidades médicas y de apoyo.
Estos podrían ser útiles para el fin requerido, en caso de que estén actualizados y desarrollados a nivel de procedimiento por servicio, prestación, establecimiento y nivel de atención.
«En el 2012 la elaboración de los perfiles de complejidad se suspendió, pues se afirmó que eran innecesarios, dado que se estaba desarrollando un nuevo modelo de atención con intervenciones en salud. No obstante, el modelo finalmente aprobado por Junta Directiva no incluyó intervenciones, pues se consideró que éstas debían ser definidas después, a
partir de una discusión de alto nivel que nunca se efectuó, y también por su difícil manejo», detalla el documento.
Los perfiles de complejidad que respondieran a ese nuevo modelo de atención tampoco se hicieron, puesto que no se definieron las competencias de los servicios (como especialidades y subespecialidades) por componente de prestación, tipo de establecimiento y nivel de atención, a pesar de ser necesaria esa información.
Al definir las competencias de los servicios, se busca diferenciar, comparar y clasificar los establecimientos de salud del país, sea un Ebais o un hospital. La información permite:
- dar a los pacientes una atención integral y progresiva
- identificar brechas e inequidades en la oferta de servicios
- distribuir recursos
- planificar el desarrollo de la prestación de servicios y el de la infraestructura de apoyo
Complemento metodológico
La Contraloría ordenó al Ministerio de Salud y a la Caja implementar acciones específicas para complementar la metodología vigente para el análisis de la situación de salud.
Esto para que se puedan conocer las zonas prioritarias de riesgo por atender y los servicios de salud requeridos.
También se dispuso desarrollar los perfiles de complejidad de los establecimientos existentes, según el modelo de atención actualmente en ejercicio.