Costa Rica aspira a contar con primer Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial

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Los agricultores tradicionales de pequeña escala tienen sus propios sistemas para adaptarse al cambio climático, los cuales son extremadamente fundamentales para sostener los medios de vida, mantener las comunidades rurales, preservar el conocimiento y proteger los paisajes frágiles y la agrobiodiversidad.

Estos sistemas son los que pretende resguardar la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, bajo el Programa de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial, SIPAM, una iniciativa que procurar mejorar y desarrollar las capacidades de las comunidades locales y de los pueblos indígenas.

Las comunidades tradicionales de agricultura familiar, que viven en y alrededor de los SIPAM, fueron los protagonistas en el evento Experiencias de Adaptación al Cambio Climático de los Agricultores Tradicionales de Pequeña Escala, realizado durante el último día de la Reunión preparatoria de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático, Pre-COP25, celebrada en Costa Rica.

“Respetar los sistemas ancestrales de producción es una apuesta a ganar. En Costa Rica tenemos muchos casos que pueden convertirse en sitios SIPAM. La forma en que nuestros indígenas producen el cacao y nuestra producción cafetalera son algunos ejemplos. Conservar estos sistemas es una garantía de desarrollo para nuestras comunidades rurales, en todos los ámbitos: social, ambiental y económico”, dijo la Viceministra de Agricultura y Ganadería, Ana Cristina Quirós Soto.

Precisamente, durante el evento se anunció que el cantón de Dota iniciará el proceso para proponerse ante la FAO como el primer SIPAM de Costa Rica.

“Estos sistemas agrícolas se encuentran muchas veces amenazados por varios factores, inluyendo el cambio climático y la presión creciente sobre los recursos naturales. Los sistemas ancestrales constituyen la base de las innovaciones y tecnologías agrícolas actuales y futuras, asimismo contribuyen a la preservación de los agro ecosistemas de relevancia global”, dijo por su parte Eduardo Mansur, Director de la División de Tierras y Aguas de la FAO, quien aplaudió la iniciativa costarricense.

Los SIPAM son paisajes estéticamente impresionantes que combinan la biodiversidad agrícola con ecosistemas resilientes y un valioso patrimonio cultural. Actualmente, FAO reconoce 50 SIPAM a nivel global, que están situados en lugares específicos, tres de ellos en Latinoamérica, donde aportan de forma sostenible múltiples bienes y servicios, alimentos y unos medios de subsistencia seguros para millones de pequeños agricultores.

Según la FAO, su diversidad cultural, ecológica y agrícola es aún palpable en muchas partes del mundo en las que se conservan como sistemas singulares de agricultura.

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