En esta semana se cumplen 14 años del atroz asesinato de la niña Josebeth Retana Rojas, un homicidio que hasta la fecha continúa impune pues nunca las autoridades determinaron quién o quiénes fueron sus asesinos.
La menor, que en aquel momento tenía 8 años, fue encontrada dentro de un saco, en la quebarada Lajas, cerca del poblado de Ticarí en Horquetas de Sarapiquí.
Una investigación realizada por el periodista Ronald Moya, la cual se encuentra en el libro “La niña olvidada”, revela que la pequeña Josebeth Retana había confesado, bajo secreto, que el principal sospechoso de su asesinato, un hombre de apellido Salamanca, le tocaba sus partes íntimas. Sin embargo, le pidió a su amiga que no dijera nada y mucho menos le contara a su madre.
Esta versión la conoció la policía como parte de la investigación que realizaron para esclarecer el asesinato de la pequeña.
A la amiga de Josebeth se le realizaron pruebas psicológicas forenses y Moya asegura que aunque el informe señalaba que habían algunos vacíos en la historia, este era un indicio muy importante en el caso.
El secreto de Josebeth
El periodista revela en su libro la historia de la niña y cuenta como se encontraron ese día que Josebeth le contó su secreto. La menor explicó que ella llevaba a su hermana para la escuela cuando se toparon con Josebeth, quien venía en una bicicleta a la que se le había zafado la cadena y la esperaron para irse juntas. La menor le contó a los agentes judiciales que ella la vio triste. Y le preguntó si le había pasado algo, pero Josebeth en un inicio le dijo que, que no tenía nada. Sin embargo, ella insistió. En ese momento, Josebeth le dijo que un hombre, a quien identificó, le tocaba sus partes íntimas. Y que por favor no dijera nada.
Esa promesa la cumplió hasta que su amiga apareció muerta en la quebrada. El caso conmocionó al país. Todavía estaba fresco el dolor de otro crimen atroz de la pequeña Kattia Vanessa González, en el barrio Quesada Durán.
Cuando se cumplieron 10 años del asesinato, el Ministerio Público aseguró “La causa seguida por el homicidio de la niña Yosebeth Retana, hace casi 10 años en Sarapiquí, Heredia, se encuentra archivada, ya que, pese a las investigaciones realizadas entre el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fiscalía, no se logró establecer, con el grado de probabilidad requerido en la fase de investigación, que la persona señalada como sospechosa, de apellido Salamanca, fuera responsable de los lamentables hechos”, citaron.
Además indicaron que al ser una causa tan antigua no podían brindar más detalles del expediente, el cual se encuentra en el Archivo Judicial, en San Joaquín de Flores, desde finales de 2007.
El periodista aseguró que luego de un año de entrevistas y leer los expedientes está seguro que el caso no se pudo resolver por una “desastrosa dirección funcional del Ministerio Público”.
“Estando al frente de un homicidio de una niña, atroz, un homicidio con ribetes sexuales y no les importó, prefirieron archivarlo, guardarlo y enterrarlo”, indicó Moya.
Negó cualquier vínculo con el crimen
En este material periodístico, Moya logró conversar con el principal sospechoso, Salamanca, luego de 6 meses de estar solicitando una entrevista.
El encuentro fue en febrero pasado, en Sarapiquí.
Salamanca niega cualquier vínculo con el asesinato y asegura que su vida no ha sido la misma después de ser señalado como el responsable de los hechos. Indicó que incluso cada vez que sale una noticia pierde el trabajo donde está.
Negó categóricamente lo que dijo la amiga de Josebeth y aseguró que nunca tocó a la menor. Incluso recordó que estuvo ayudando en su búsqueda y aceptó que en algún momento visitó la casa de la niña porque era amigo de la madre.
De esas visitas es que explica que haya aparecido un vello púbico suyo en una de las camisas de Josebeth, aunque sobre esta prueba las autoridades judiciales nunca confirmaron que fuera de Salamanca.
Moya rescató la actuación del Organismo de Investigación Judicial, quienes en dos informes sostuvieron siempre que Salamanca era el principal sospechoso, pero no podían hacer nada ante un Ministerio Público que en aquel momento, según el periodista, se dedicó a rechazar prueba en lugar de dirigir la investigación.
El libro lo puede conseguir esta semana en Libería Andante en San Pedro, en la Libería Universitaria de la Universidad de Costa Rica y en la Librería Lehmann.
La presentación oficial será este jueves en el Paseo San Luis, en el centro de Cartago, frente al mercado municipal.
Hace un año el pueblo de Ticarí organizó una manifestación en protesta de la impunidad en este caso. Un pueblo que después de ese hecho, nunca volvió a ser el mismo.
Una semana en Sarapiquí
La Fiscala General, Emilia Navas, informó mediante la Oficina de Prensa del Ministerio Público que, durante una semana, ella estuvo trabajando en la zona de Sarapiquí, realizando y dirigiendo diversas diligencias que permitieran encontrar indicios para la investigación.
Posterior a ese período, continuó involucrada con el caso, desde su cargo como jefa de la Fiscalía Adjunta de Heredia. “La jerarca aseguró que la actuación de la Fiscalía fue eficiente, se trabajó de manera constante y se buscó toda la prueba que se requería para tratar de resolver el caso, sin embargo, nunca se localizó prueba directa”, indicaron.
Navas dijo que aunque policialmente se señaló a posibles imputados, lo cierto es que esa prueba, por indicios que recabó la policía judicial, nunca fue suficiente para sostener, en el grado de probabilidad que se requiere, que eran responsables del crimen.
“En este caso se agotaron todas las posibilidades de recolección de prueba con la intención de llevar a los responsables a los Tribunales de Justicia, pero, en apego al principio de objetividad, no fue posible imputar los hechos”, dijo.