Una nueva amenaza sanitaria global pone en jaque los sistemas de salud de decenas de países. Un nuevo virus surgido en China no para de reportar casos de contagios y de muertes. Se trata de una nueva cepa de coronavirus denominada 2019-nCoV que ya se cobró la vida de 132 personas e infectó a más de 6.000.
Desde entonces el virus se ha mudado a casi otros 15 países y como consecuencia los principales aeropuertos han comenzado a examinar a los pasajeros para detectarlo, y más de media docena de aerolíneas han comenzado a cortar sus vuelos a China continental. Pero esas medidas no pueden proporcionar mucho consuelo a cualquiera que tenga que abordar un vuelo.
Si bien todavía hay mucho que aprender sobre el brote de Wuhan, los científicos saben un poco sobre coronavirus similares y otras enfermedades respiratorias como la gripe. Entonces, ¿cómo se propagan esos virus, y específicamente en los aviones?
Las enfermedades respiratorias en general se propagan cuando una persona infectada tose o estornuda, arroja gotas de saliva, moco u otros fluidos corporales. Si alguna de esas gotas cae sobre una persona, o si las toca y luego, por ejemplo, toca su cara, también puede infectarse. Estas gotas no se ven afectadas por el aire que fluye a través de un espacio, sino que caen bastante cerca de donde se originan.
Las enfermedades respiratorias también se pueden propagar a través de las superficies sobre las que aterrizan las gotas, como los asientos de los aviones y las bandejas. El tiempo que duran esas gotitas depende tanto de la gota como de la superficie: moco o saliva, porosa o no porosa, por ejemplo. Los virus pueden variar drásticamente en cuanto duran en la superficie, de horas a meses.
También hay evidencia de que los virus respiratorios pueden transmitirse a través del aire en pequeñas partículas secas conocidas como aerosoles. Pero, según Arnold Monto, profesor de epidemiología y salud pública mundial en la Universidad de Michigan, no es el principal mecanismo de transmisión. Para mantenerse, para permitir verdaderos aerosoles, el virus tiene que poder sobrevivir en ese ambiente durante el tiempo que está expuesto al secado. Los virus preferirían estar húmedos, y muchos desaparecerán de ser infecciosos si se dejan secar durante demasiado tiempo.
“Los coronavirus son virus muy frecuentes y conocidos por la comunidad médica. Probablemente, la mayoría de las personas han tenido alguna infección por coronavirus, ya que son una de las causas principales del resfrío común que conlleva tos, estado gripal y estornudo”, explicó a Infobae el doctor Gustavo Lopardo, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
“Pero algunas veces, estos virus tienen la capacidad de hacer cambios en su esquema genético o lo que llamamos mutaciones. Así fue que a principios de este siglo, en 2003, un coronavirus se convirtió en un virus muy peligroso y fue conocido como síndrome respiratorio agudo grave (SARS). Años después otro coronavirus produjo una enfermedad muy frecuente en Medio Oriente y se lo llamó MERS. Y hoy el mundo está atento a un nuevo virus que proviene de China”, agregó el experto infectólogo del Hospital de Vicente López, Bernardo Houssay y en los laboratorios del Dr. Stamboulian.
Entonces, ¿cómo se propaga el virus específicamente en los aviones?
La Organización Mundial de la Salud define el contacto con una persona infectada como estar sentado dentro de dos filas una de la otra. Pero las personas no solo se sientan durante los vuelos, especialmente los que duran más de unas pocas horas. Van al baño, estiran las piernas y agarran artículos de los contenedores superiores. De hecho, durante el brote de coronavirus de 2003 del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), un pasajero a bordo de un vuelo de Hong Kong a Beijing infectó a personas que se encontraban fuera del límite de dos filas de la OMS.
Inspirado en parte por ese caso, un equipo de investigadores de salud pública de la Universidad de Emory en los Estados Unidos se propuso estudiar cómo los movimientos aleatorios sobre la cabina del avión podrían cambiar la probabilidad de infección de los pasajeros. Los expertos descubrieron que las personas en los asientos de los pasillos tienen muchas más probabilidades de entrar en contacto con pasajeros infectados.
Según los hallazgos revelados por la investigación, los pasajeros que están preocupados por contraer coronavirus deben permanecer en sus asientos. Esto se debe a que cuanto más se levanta y se mueve por el avión una persona, más posibilidades tiene de encontrarse junto a alguien con la enfermedad. Cuanto más tiempo esté una persona en contacto con un pasajero infectado y cuanto más tiempo esté cerca de él, mayores serán las posibilidades de infectarse.
Los investigadores estudiaron el comportamiento de los pasajeros en vuelos que duran entre tres y cinco horas y descubrieron que el 38% dejó sus asientos una vez y el 24% más de una vez, pero los pasajeros que estaban junto a la ventana apenas dejaron su asiento. Esto redujo el número de contactos con otros pasajeros de 64 para aquellos sentados en el pasillo a solo 12 para los titulares de los asientos de la ventana.
“Supongamos que la persona está sentada en un asiento del pasillo o en un asiento del medio y yo camino para ir al baño. Vamos a estar en contacto cercano, lo que significa que estaremos a menos de un metro. Entonces, podría transmitírmelo”, dijo Howard Weiss, autor principal del estudio en una entrevista con National Geographic.
Como todavía no está claro exactamente cómo se transmite el coronavirus, los investigadores se niegan a dar certezas sobre el impacto en un vuelo. Aseguran que parece transmitirse de humano a humano y que tiene un período de incubación de aproximadamente 14 días, lo que significa que las personas pueden estar enfermas y transmitir mucho antes de que aparezcan los síntomas.
Además de elegir un asiento junto a la ventana, las personas deben lavarse las manos con jabón regularmente, usar desinfectante para manos a base de alcohol después de tocar superficies, y evitar tocar sus caras o tener contacto con los pasajeros que tosen si es posible. A pesar de las precauciones, la enfermedad se está extendiendo por todo el mundo, con casos reportados en más de una docena de países.
Un mapa interactivo elaborado por la prestigiosa universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, registra en tiempo real el avance de la nueva cepa de coronavirus surgida en China que ha dejado hasta la fecha un saldo de 132 muertos y casi 6.000 infectados.
El Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (Center for Systems Science and Engineering, CSSE) perteneciente la institución con sede en Baltimore, Maryland, desarrolló este método para visualizar, geolocalizar y monitorear los nuevos casos que se detectan en todo el mundo.
Se cree que la nueva cepa surgió en un mercado especializado en la venta de carne de animales exóticos ubicado en la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei en el centro de China, y desde entonces ha estado esparciéndose a otras ciudades chinas e incluso a otros puntos del mundo, debido al traslado en avión de personas infectadas. El gobierno chino no ha dado muestras hasta ahora de saber cómo controlar la epidemia. Y esa incapacidad de reaccionar a tiempo aumenta la preocupación mundial.