Walter Mercado Bayardo es un vecino de La Guácima, Alajuela, que sufrió una herida después de que su teléfono comenzara a arder. Relata que ha intentado contactar a la empresa con la que adquirió el dispositivo, pero le han informado que no recibiría asistencia mientras no pagara una factura pendiente.
Este incidente ocurrió después de que don Walter comprara un plan telefónico con Liberty a finales de noviembre de 2024, eligiendo un Samsung A25. La noche del 15 de febrero, mientras miraba un video, comenzó a sentir un intenso calor proveniente de la parte trasera del teléfono. De repente, el dispositivo emitió humo, lo que le hizo perder la calma y dejarlo caer. Según su narración, el aparato comenzó a arder y, en su intento de alejarse, lo pateó, ya que había caído cerca de él. “Cuando lo dejé caer, el teléfono empezó a lanzar llamitas como si fuera un arbolito”, explicó.
Desafortunadamente, el plástico del teléfono se pegó a su pie, causándole quemaduras. El equipo quedó gravemente dañado, con la batería inflada.
Don Walter ha visitado varias sucursales de la compañía en Alajuela, Escazú y Sabana, pero en esta última le dijeron que “no podían ayudarlo en nada” hasta que liquidara la factura pendiente de enero, que asciende a aproximadamente ¢45 mil. Para él, resulta lamentable que, después de ser cliente durante más de diez años, no haya recibido la atención ni la preocupación debida tras el accidente.
Aunque inicialmente no acudió a la clínica para una evaluación, ha observado que su dolor ha aumentado, especialmente debido a que las ampollas en su pie se han reventado. Su mayor inquietud es que tiene dos hijas, de 15 y 12 años, que también utilizan teléfonos de la misma marca, y teme que puedan enfrentar una situación similar que las ponga en riesgo.
Con información de | crhoy.com
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