La Primera Dama de Venezuela, Fabiana Rosales, trabaja para el rescate del Despacho que encabeza, para ponerlo al servicio de los venezolanos, por lo que recordó la importancia de la institucionalidad, el respeto y la no discriminación en los entes del Estado venezolano, publica el Centro de Comunicación Nacional.
“Tenemos el reto de reconstruir lo que el mal llamado ‘socialismo del siglo XXI’ destruyó a través de la ambición, el engaño, el robo y el egoísmo. Es por ello que hoy les presentamos el Despacho de la Primera Dama, que no servirá a Fabiana Rosales, sino a Venezuela. Como servidores públicos queremos dejar a la Venezuela del cambio instituciones que respondan a la nación, es por ello que enmarcado con nuestro tricolor y con la belleza de nuestra flor nacional, la orquídea, serán los que le den rostro a este nuevo Despacho que se levanta como sinónimo del inicio de la recuperación de nuestra libertad”.
Para Rosales de Guaidó es imperativo que la institucionalidad prevalezca y que se trabaje para aportar soluciones de los principales problemas que aquejan a los venezolanos, “soñamos con que la compañera del Presidente, quien quiera que esté, ponga sus energías no solo en hacer labor social, sino que conjunto a los expertos aporte cambios sustanciales en los principales problemas del país. La erradicación del hambre, el dignificar y expandir los servicios públicos, garantizar la salud, aportar sustancialmente al núcleo familiar, desarrollar planes efectivos de educación para el progreso de la nación”.
Destacó que continúan en las gestiones siguiendo la ruta planteada para el cese de la usurpación del poder político, “trabajamos para recuperar lo que la corrupción hecha política de Estado destruyó, no nos hemos detenido desde que asumimos la Presidencia encargada de la República, reconocida por la gran parte de países del mundo y por los venezolanos”. Estamos decididos a cambiar Venezuela y no descansaremos ni un minuto, como lo dijo nuestro Presidente (E) Juan Guaidó: “hagamos país y no maletas”. ¡Dios bendiga a Venezuela!