Arabia Saudí lo tuvo todo, caos y orden, en su debut en el Mundial de Qatar para derrotar a la todopoderosa Argentina de Leo Messi. Que pudo haber goleado en el primer tiempo… si no hubiese caído en la trampa del combinado de Hervé Renard: tres goles anulados por tres fueras de juego en menos de 15 minutos.
La selección saudí dio la sorpresa en la primera jornada del Grupo C con un plan de juego que salió a la perfección: resistir y atacar. La albiceleste se queda muy tocada tras perder el que, a priori, era el partido ‘fácil’ de su cuadro.
Empezar perdiendo no amilanó al combinado árabe, que con el pitido inicial ya dejó entrever cuáles eran sus planes: líneas muy juntas y defensa extremadamente adelantada.
Los futbolistas de Scaloni parecieron no atisbar que por ese ajuste pasaba el partido entero y se quedaron en la euforia de adelantarse en el encuentro. Fue desde el punto de penalti, tras una intervención del VAR, que avisó al colegiado de un agarrón en el área que había impedido el remate de Otamendi. Con una tranquilidad pasmosa, Messi engañó al guardameta rival, vencido al lado incorrecto, y marcó el primero.
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El tanto animó a la albiceleste, que se convirtió en un ciclón incesante de ocasiones claras, pero su ímpetu no inquietó demasiado a Arabia Saudí. El conjunto saudita siguió a lo suyo y no se desvió de las directrices marcadas en rojo para este partido. Así provocó tres fueras de juego de los delanteros argentinos para irse con vida al descanso.
Dos goles
En los vestuarios parecieron dormirse unos y despertar otros. El sonido del pitido inicial de los segundos 45 minutos dejó claro quién era quién. Pues la selección de Renard le dio la vuelta al choque con dos goles en cinco minutos.
La remontada comenzó con un balón perdido de Leo Messi que recogió Al-Brikan. El delantero abrió la pelota para Saleh Al-Shehri en el costado izquierdo. Y el extremo aprovechó su gran zancada para que la zaga argentina no le alcanzase y clavarla cruzada en la portería del Dibu Martínez. Golpe durísimo para Argentina, que no sabría cómo reponerse.
El tanto dejó fuera del partido a la albiceleste, que cuando quiso darse cuenta ya había encajado el segundo: una obra de arte con la firma de Al-Dawsari, que se revolvió en el borde del área para clavarla en la escuadra.
Ahí murió el partido, pues los de Scaloni se llenaron de dudas y ni siquiera la motivación de ser el último Mundial de Messi y el primero sin Diego Armando Maradona le dieron a Argentina las alas que necesitaba para, al menos, rascar un empate. Este resultado complica a la campeona de la Copa América el pase a octavos de final antes de medirse a México este sábado 26 de noviembre y a Polonia el próximo martes 30. Y está obligada a ganar ambos duelos para asegurarse el billete a la siguiente ronda.
Con información de 20 minutos
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