La ley que data de la era colonial británica permite al Gobierno lanzar regulaciones de emergencia sin pasar por el Legislativo y es usada ahora por las autoridades de Hong Kong en medio de un ciclo creciente de violencia.
A partir de este viernes cuatro de octubre de 2019, los manifestantes prodemocráticos en Hong Kong que usen máscaras que oculten su identidad podrán pagar multas y hasta terminar en prisión, anunció la jefa de Gobierno, Carrie Lam.
Para hacerlo, la líder de la ciudad semiautónoma desempolvó una norma que no se usaba hace medio siglo, o 52 años, para ser más exactos. Se trata de la Ley de Regulaciones de Emergencia, que data de la época colonial británica y a la que las autoridades acudieron por última vez en 1967 para reprimir los disturbios de izquierda durante la Revolución Cultural de China.
Esta ley otorga poderes más amplios al Gobierno sin tener que pasar por el Legislativo y se convierte en la nueva apuesta del Ejecutivo hongkonés para disuadir las protestas y los actos violentos que se suceden en la ciudad desde hace casi cuatro meses.
Las leyes de emergencia permiten a las autoridades «hacer cualquier regulación» en interés público. Esto podría incluir toques de queda, censura de los medios de comunicación, control de puertos y transporte, entre otras.
La medida anunciada este viernes por la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, constituye como delito el uso de máscaras bajo penas de hasta un año de prisión y multas de hasta 25.000 dólares hongkoneses (3.188 dólares).
Y, en caso de sospecha de que un manifestante tiene la intención de ocultar su identidad con una careta, la Policía podrá exigir su retirada o la persona tendrá que enfrentarse a una pena de seis meses de prisión y ser multada con 10.000 dólares hongkoneses (1.275 dólares).
«La violencia de los manifestantes ha aumentado, alcanzando un nivel alarmante en los últimos días. Han provocado heridos y situaciones caóticas y de pánico. La gente está preocupada», dijo Lam al justificar su decisión.
Sin embargo, los manifestantes desafiaron la medida y salieron a protestar este viernes con máscaras, a pesar de la medida.
La prohibición de las máscaras faciales -que muchos manifestantes han estado usando para no exponer sus rostros durante las manifestaciones, así como para protegerse de los gases lacrimógenos- generó controversia de inmediato entre los hongkoneses. Alvin Yeung, legislador del Partido Cívico, expresó que «cualquier persona con cerebro entendería que la introducción de la regulación no traerá a Hong Kong a la paz, sino todo lo contrario.
Martin Lee, un veterano demócrata de Hong Kong, aseveró por su parte que “este es un conjunto de regulaciones antiguas y coloniales, y no las debes usar a menos de que no puedas legislar más. Una vez que comienzas, no tiene fin. Están destruyendo completamente el estado de derecho”.
Y Sophie Richardson, directora china de Human Rights Watch, agregó que “las autoridades de Hong Kong deberían estar trabajando para crear un ambiente político en el que los manifestantes no sientan la necesidad de máscaras, en lugar de prohibirlas y profundizar las restricciones a la libertad de expresión”.