Igualdad se aleja de la Corte: representación femenina pierde el terreno conquistado en últimos años

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La participación de las mujeres en la resolución de los casos judiciales más importantes del país es mínima y lejos de incrementarse va en disminución. 

Una revisión a la integración de la Corte Suprema de Justicia así lo demuestra: de las 22 sillas disponibles apenas 5 -es decir, menos de la cuarta parte- son ocupadas por abogadas. 

Mientras la participación femenina en el Poder Ejecutivo supera la mitad del gabinete y en la Asamblea las mujeres representan el 46% del Plenario, en el Poder Judicial la cifra cayó desde que en el 2012 se alcanzó el récord de 8 magistradas. 

Durante la ronda más reciente de elecciones para renovar el 22% de las magistraturas algunas diputadas intentaron posicionar la idea de elegir mujeres para el cargo pero de los 5 cargos en disputa, los primeros dos ya se asignaron a hombres. 

A la espera de mayor representatividad en su nivel más alto de mando, la administración de la justicia alerta de los problemas que esto genera, que van desde la falta de representatividad hasta el abando de temas.

En casi dos siglos de historia son apenas 13 las magistradas. Dora Guzmán inauguró la lista cuando apenas en 1984 fue nombrada integrante propietaria de la Sala III. (Alonso Solano/El Observador)

El aporte femenino a la justicia

Según sus responsabilidades, los jueces reciben categorías que van del 1 al 6 y aunque la base las mujeres son mayoría, conforme los niveles van subiendo su presencia va disminuyendo. 

Así lo sostiene la directora de la Secretaría Técnica del propio Poder Judicial, Xinia Fernández.

“En este momento hay más juezas que jueces, lo que pasa es que se ubican mayoritariamente en los puestos más básicos y entre más altos los rangos, menos mujeres”, analizó.  

En entrevista con El Observador, Fernández explicó que el incremento en el número de magistradas representó para la administración de justicia en ámbitos como igualdad de género y los derechos de poblaciones indígenas, migrantes y víctimas de violencia.

“En el momento en que hubo más magistradas eso implicó el avance hacia temas que históricamente no habían sido tocados por la institución como por ejemplo el acceso a la justicia de distintas poblaciones en condición de vulnerabilidad. Siempre la ausencia de mujeres en estos órganos impactan la toma de decisiones porque también las mujeres pueden manifestar algún interés específico con respecto a temas que resultan de interés no solo para ellas sino de otras poblaciones”, mencionó. 

La experta defendió las políticas internas del organismo judicial por alcanzar mayor igualdad, sin embargo, mostró preocupación porque la designación de las magistraturas no es interna sino que responde a decisiones legislativas. 

Las mujeres también han estado ausentes de la dirección del Poder Judicial. Zarela Villanueva ha sido la única presidenta del órgano entre el 2013 y el 2017. En el 2017 se pactó que fuera una mujer la vicepresidenta de la Corte y tras la complejidad en alcanzar la mayoría se llegó a proponer la ruptura del acuerdo. Finalmente fue electa Carmenmaría Escoto quien estuvo un año en el cargo y que ahora es sustituida por Patricia Solano (Foto: Poder Judicial).

Un problema que pasa por la Asamblea

“A nivel de la judicatura se ha avanzado muchísimo más porque es una decisión interna. El nombramiento de personas en la judicatura son decisiones que se toman sea por Corte Plena o por e Consejo Superior”, concluyó.

En los últimos dos años los escándalos por la importación de cemento chino y las jubilaciones fueron vaciando la Corte Suprema, al punto en que casi una cuarta parte de su integración quedó disponible. 

Para llenar el vacío los diputados pactaron una serie de sesiones especiales para realizar las designaciones. 

Tomando en cuenta las seis magistradas actuales, la jefa de fracción de Acción Ciudada, Nielsen Pérez, encabezó una iniciativa para que los cupos en disputa recayeran sobre otras juristas, lo que equilibraría la balanza entre 11 hombres y 11 mujeres en Corte Plena. 

“La idea es nombrar más mujeres para ir logrando la paridad”, defiendió Pérez tras ser consultada al respecto. 

Aunque se valoraron los perfiles de varias abogadas para los cargos, finalmente esta semana fueron nombrados Álvaro Burgos y Gerardo Alfaro, lo que impedirá alcanzar una conformación partitaria en la Corte Suprema de Justicia.

En la primera de las designaciones, la campaña no rindió frutos pues terminó siendo electo como integrante de la Sala III -encargada de los temas penales-, el juez y catedrático Álvaro Burgos. 

Finalizada la ronda de votaciones, Liberación Nacional -fracción más grande de la Asamblea- dijo que estaban listos para votar por alguna de las candidatas. 

“Tenemos el consenso de ir por una mujer en el expediente que hace falta”, declaró la jefa de la bancada verdiblanca, Silvia Hernández. 

Entraron en debate las candidaturas de Sandra Zúñiga, Jenny Quirós y Cinthya Dumani, quienes fueron recabando apoyos a cuentagotas hasta que los diputados fueron reacomodando sus apoyos y terminaron por designar al también juez Gerardo Alfaro. 

A falta de 3 magistraturas por elegir – una en la Sala III, otra en la Sala I y una más en tribunal constitucional- la meta de una Corte paritaria no se logrará pero las diputadas impulsoras no pierden las esperanza de por lo menos incrementar la cuota. 

“Faltan tres nombramientos y he hablado con mis compañeras de que nosotras depende que se nombren más mujeres, es la única forma de por lo menos no bajar del histórico”, analizó la oficialista.

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