El mundo de la salud ha alzado la voz durante la Cumbre del Clima de Madrid y ha demandado a los negociadores de la COP25 impulso para medidas que protejan la sanidad global, y que se destinen más fondos mundiales a su preservación y defensa
Esta es una de las conclusiones a la que se ha llegado durante estas últimas semanas en la Cumbre del Clima celebrada en Madrid del 2 al 13 de diciembre.
A pesar de que una de las consecuencias más nefastas y directas del cambio climático es la repercusión negativa en la salud, “no es una prioridad en la asignación de fondos”, ha denunciado la directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira.
En esa misma línea, el presidente de Medicus Mundi, Carlos Mediano, ha manifestado que “el primer problema que hay en el mundo es la inequidad; las personas más vulnerables son las que más riesgo tienen de padecer problemas de salud, y también son las más afectadas por el cambio climático”.
Son muchas las voces que han tratado de advertir de la gravedad de expoliar la salud, porque “el cambio cambio climático es la mayor amenaza a los derechos humanos (…) y la salud humana es un derecho”, ha resaltado la ex Presidenta de Chile y alta comisionada de la ONU Michelle Bachelet.
Y es que, como ha asegurado la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar en funciones, María Luisa Carcedo, “las consecuencias del cambio climático son ya una emergencia de Salud Pública”.
Impacto directo del cambio climático sobre la salud
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la mala calidad del aire causa cada año siete millones de muertes prematuras en el mundo, el agravamiento de numerosas dolencias y un gasto sanitario multimillonario.
Las crisis climáticas generan una mayor mortalidad en la población más vulnerable; sin embargo, esto no es excluyente para el resto de la población, ya que el aumento de las temperaturas también conlleva golpes de calor en población activa.
A causa del calentamiento global, se intensifican los niveles de polen y otros alérgenos, que pueden provocar asma o dolencias que afectan a unos 300 millones de personas, según datos de la OMS.
Otro aspecto, aunque quizás más desconocido, es “la relación entre el incremento de las temperatura con mayores tasas de suicidio“, ha señalado el presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna, Ricardo Gómez Huelgas.
Concretamente la solastalgia, es un trastorno psiquiátrico que se define como la ansiedad o estrés que produce el cambio climático al distorsionar el estilo de vida de las personas que como consecuencia se sienten totalmente desubicadas.
Impacto indirecto sobre la salud del cambio climático
El cambio climático puede generar dificultades para el mantenimiento de la alimentación debido a fenómenos atmosféricos extremos como son las sequías, las inundaciones o las migraciones masivas.
En este sentido, la OMS subraya que se prevé que siga aumentando la frecuencia y la intensidad a lo largo de este siglo.
Estas lluvias causan ahogamientos, lesiones físicas, o daños en las viviendas; pero también contaminan las fuentes de agua dulce convirtiéndolas en criaderos de insectos portadores de enfermedades.
Debido al calentamiento global, es previsible que haya un cambio de vectores y que animales transmisores, como mosquitos, garrapatas o murciélagos, empiecen a migrar a zonas que eran calificadas de templadas, explica el informe “La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria”, presentado en la Cumbre.
¿Qué significa esto? Que afecciones que hasta ahora han sido consideradas tropicales, como el dengue o el zika, pueden aparecer en países en donde jamás se habían dado casos.
No obstante, la llamada de atención de los expertos, ha tenido tal recompensa, que organizaciones como la OMS ya se hacen eco, y es que la salud de la población y la calidad de vida de las persona son las grandes damnificadas por la crisis climática.
Vía – EFE