El Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), en coordinación con la Mesa Nacional Indígena de Costa Rica y el apoyo técnico de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), unen esfuerzos para implementar las Directrices Voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza en territorios indígenas.
“Los pueblos indígenas son aliados en la lucha contra el hambre, la malnutrición y el cambio climático, también son custodios de la biodiversidad y defensores de sus territorios. Sin duda, sus conocimientos y prácticas ancestrales son necesarias para avanzar en la ejecución de la Agenda de Desarrollo Sostenible”, comentó Victor Milla Quesada, representante oficial de Programas de la FAO en Costa Rica.
Este proceso permitirá identificar un mecanismo de trabajo con acciones orientadas a fortalecer la identidad e integridad cultural de los pueblos indígenas, mediante el ejercicio de prácticas originarias de conservación y uso del ecosistema dentro de los sitios de pesca, territorios de uso ancestral, los ecosistemas terrestres y marinos en el marco de las Directrices Voluntarias.
Además, el Incopesca con el apoyo de la FAO trabajarán en el proceso de construcción de un Área Marina de Pesca Responsable (AMPR) y un plan de ordenamiento pesquero con participación indígena, con el objetivo de incorporar su visión en el uso y el acceso a los ecosistemas terrestres y marinos.
“Para el Incopesca este proceso resulta de vital importancia en el desarrollo de una agenda de trabajo con los pueblos indígenas de Costa Rica, avanzamos no solo en la generación de acciones de trabajo con el apoyo de la FAO, sino que nos permite plantearnos tareas a futuro en el marco del desarrollo de la Política Nacional de Pueblos Indígenas a la que aspiramos como país”, indicó Daniel Carrasco, presidente ejecutivo del Incopesca.
La participación de los pueblos indígenas en la construcción del AMPR, permitirá que pescadores y pescadoras de territorios indígenas aseguren su acceso a la pesca como parte de su modo de vida, garantizando su seguridad alimentaria y nutricional, así como la transmisión de su propio conocimiento.
Las Directrices constituyen el primer instrumento internacional dedicado a la pesca en pequeña escala y responden a una adecuada administración de los recursos pequeros, medios de vida, valorización de los derechos humanos y la protección de las comunidades pesqueras.
A pesar de que históricamente los pueblos indígenas han sido despojados de sus tierras, siguen manteniendo un contacto ancestral y actual con la biodiversidad marina y de aguas continentales.
En el 2015, el país confirmó su interés voluntario de implementar las directrices, a través de la firma del Decreto Ejecutivo No. 39195, que estableció la oficialización de estas con el objetivo de apoyar a las poblaciones costeras y pesqueras en alta vulnerabilidad social, ambiental y económica, donde los territorios indígenas juegan un papel importante.
Vía – Elmundocr