La inflación en Argentina cedió algo de terreno en mayo pasado, pero aún así continúa en niveles muy elevados, con una preocupante trayectoria en el caso de los alimentos que ha llevado al Gobierno a adoptar ciertas medidas para intentar contener la escalada.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos informó este miércoles que los precios al consumidor en Argentina subieron en mayo el 3,3 % frente a abril último.
El dato del quinto mes del año revela una desaceleración respecto a marzo y abril, cuando la inflación fue del 4,8 % y del 4,1 %, respectivamente.
En tanto, los precios al consumidor avanzaron en mayo un 48,8 % en términos interanuales y acumularon un alza del 21,5 % en los primeros cinco meses del año.
De acuerdo con el informe oficial, entre las subidas registradas en el quinto mes del año destacaron las de servicios de transporte (6 %) y de salud (4,8 %).
ALIMENTOS POR LAS NUBES
Pese al leve respiro en el índice general, la trayectoria de los precios en el segmento de alimentos y bebidas sigue siendo preocupante debido a su impacto en el coste de la cesta básica y en el nivel de pobreza, creciente en Argentina.
De acuerdo a los datos difundidos este miércoles, los precios de alimentos y bebidas subieron en mayo 3,1 % en relación a abril, el 49,9 % en términos interanuales, y acumularon un salto del 22,4 % en los primeros cinco meses del año.
Según el informe oficial, «la suba de la división alimentos y bebidas no alcohólicas fue la de mayor incidencia en gran parte de las regiones» del país.
En un contexto muy complejo para la economía argentina -donde a la alta inflación se suman un escenario de recesión y problemas de empleo e ingresos agudizados por la pandemia-, el Gobierno de Alberto Fernández ha adoptado algunas medidas orientadas a contener los recios de los alimentos.
En mayo, el Ejecutivo suspendió las exportaciones de carne vacuna para contener sus valores en el mercado doméstico, que, de acuerdo a los datos oficiales difundidos este miércoles, crecieron un 72,9 % en términos interanuales y acumularon en lo que va del año un alza del 27,6 %.
En tanto, la semana pasada el Gobierno lanzó, mediante un acuerdo con 24 grandes empresas, una canasta con 70 productos de consumo masivo, en su mayoría alimentos y bebidas, que se venderán a precios congelados hasta fin de año en comercios de cercanía.
OBJETIVO OFICIAL
Tras registrarse en 2019 una inflación del 36,1 %, el Gobierno proyectó para 2021 un alza del 29 %, que, dado el comportamiento de los precios en lo que va del año, se perfila como un objetivo difícil de cumplir.
De hecho, los economistas privados que mensualmente consulta el Banco Central para su informe de expectativas ya proyectan en promedio para este año una inflación del 48,3 %, aunque otros hay pronósticos más elevados, de hasta el 60 %.
El Gobierno, de todos modos, insiste en proyectar para los próximos meses una curva descendente en el ritmo de crecimiento de los precios.
En un encuentro organizado en Buenos Aires por el capítulo argentino del Consejo Interamericano de Comercio y Producción, el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, dijo este miércoles que «están las condiciones dadas para que mes a mes», aún con «algún vaivén estacional», «la inflación vaya reduciéndose».
«El dato de inflación de mayo es más bajo que el de abril, pero hay que continuar porque todavía estamos en niveles que están por encima de lo que consideramos debe estar alineado con lo que macroeconómicamente es factible», observó.
«Pero hoy tenemos las condiciones para que este proceso de ir viendo una reducción de la inflación se vaya transitando», insistió Guzmán ante un grupo de dirigentes empresariales.
Para el ministro, la inflación es un fenómeno «multicausal» que requiere abordar los problemas estructurales de la economía con un «enfoque macroeconómico integral», incluyendo la política cambiaria, fiscal y monetaria y una coordinación con actores clave, como empresarios y sindicatos.
Fuente: EFE