La más dura confesión de Justin Bieber sobre la familia, las relaciones y las drogas

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El cantante publica un largo texto en Instagram en el que repasa los peligros de la fama a corta edad

Hasta hace no demasiados años había que esperar al primer tomo de memorias de un ídolo juvenil para oír, de primera mano, sus confesiones más crudas sobre los errores de juventud.

Actualmente, en la era de las redes sociales y el post confesional e instantáneo, solo hace falta que una celebridad tenga un arrebato de sinceridad, unos minutos libres y un móvil a mano. 

Justin Bieber (London, Ontario, 1994), una de las estrellas juveniles más famosas del siglo XXI, ha practicado este tipo de confesión a menudo desde que encontró a Jesús, se casó con Hailey Baldwin (ahora es familia política de la famosa saga de actores, los Baldwin) y abandonó su comportamiento errático de sus últimos años.

Bieber recuerda que creció en un hogar inestable, con unos padres muy jóvenes, que vivían separados y apenas tenían dinero: “Pasé de ser un chico de 13 años de una ciudad pequeña a ser alabado por todo el mundo, millones de personas decían lo genial que era»

Si bien antes su cuenta de Instagram se podía resumir como un continuo de fiestas, lujo y desnudos gratuitos, todo aquel material anterior fue borrado para ser sustituido por cándidas fotos familiares, imágenes de su mujer con textos de alabanza, vídeos cantando en la iglesia y textos en los que intenta reconciliarse con su pasado y arreglar sus diferencias con artistas como Taylor Swift.

Pero ninguno de ellos ha sido tan detallado y profundo como el que publicó anoche. “Es duro levantarse por la mañana con la actitud adecuada cuando estás sobrepasado con tu vida, tu pasado, tu trabajo, responsabilidades, emociones, familia, finanzas y relaciones», comenzaba Bieber en lo que parece la captura de un texto escrito en un iPad. «A veces puede llegar al punto de no querer vivir más. […] Pero soy afortunado de tener a gente en mi vida que me anima a seguir”.

Justin no se anda con veleidades a ahora de admitir su privilegio antes de pasar a hablar de sus traumas: “Veis que tengo mucho dinero, ropa, coches, elogios, logros, premios”, admite, para luego rematar: “Y aún así no estaba lleno”. En ese punto, comienza a analizar su pasado. “¿Conocéis las estadísticas de niños estrella y el resultado de sus vidas? Hay una presión brutal sobre un niño cuyo cerebro, emociones y lóbulo frontal (el que ayuda en la toma de decisiones) no están del todo desarrollados todavía”.

Justin Bieber con Hailey Baldwin, la modelo con la que se casó en 2018 y que ha contribuido a su equilibrio emocional y personal.
Justin Bieber con Hailey Baldwin, la modelo con la que se casó en 2018 y que ha contribuido a su equilibrio emocional y personal. Getty Images

Bieber recuerda a sus seguidores que creció en un hogar inestable, con unos padres muy jóvenes, que vivían separados y apenas tenían dinero.

“Pasé de ser un chico de trece años de una ciudad pequeña a ser alabado por todo el mundo, millones de personas decían cuánto me querían y lo genial que era. […] Todo el mundo lo hacía todo para mí, así que nunca aprendí cosas fundamentales sobre la responsabilidad. Cuando tenía 18 años y ningún conocimiento de como funciona el mundo real, me vi con millones de dólares y acceso a cualquier cosa que deseara. Esto es algo que le daría miedo a cualquiera”.

“Cuando tenía 20 años”, continúa, “tomé todas las malas decisiones que te puedas imaginar y pasé de ser una de las personas más queridas y adoradas del mundo a la más ridícula, juzgada y odiada. Estar sobre el escenario, según algunos estudios, supone un subidón de dopamina más grande que cualquier otra actividad, y esos subidones y bajones son muy duros de manejar. Habrás notado que muchos grupos y artistas acaban en una fase de drogadicción y creo que es por ser incapaces de manejar los altos y bajos que suponen ser un artista de entretenimiento”.

Aquí llega la confesión: “Empecé a consumir drogas duras a los 19 y denigré a mis parejas. Me volví un resentido y perdí el respeto a las mujeres. Me distancié de todos los que me querían y empecé a esconderme tras un caparazón. […] Me ha llevado años recuperarme de todas esas decisiones, arreglar esas relaciones rotas y cambiar mis malos hábitos en las relaciones”.

Finalmente, Justin agradece a Dios y a su matrimonio con Hailey Baldwin haberse recuperado de todos esos problemas. “Ahora estoy navegando por la mejor época de mi vida, ¡el matrimonio! Que es una nueva responsabilidad increíble. Aprendes paciencia, confianza, compromiso, amabilidad, humildad y todo lo que significa ser un buen hombre”.

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