Las farmacias, preparadas para colaborar contra el tabaquismo

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Desde el pasado 1 de enero la sanidad pública española financia dos tratamientos para dejar de fumar. Se trata del bupropión y la vareniclina, dos terapias farmacológicas que, combinadas con un tratamiento psicológico, tienen como objetivo ayudar a todas aquellas personas con problemas de adicción al tabaco realmente dispuestas a dejarlo. Los farmacéuticos ofrecen su colaboración para dar apoyo a esta medida que promueve el abandono del tabaquismo

El Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha anunciado una propuesta de colaboración con las administraciones para facilitar, además de la correcta dispensación de los medicamentos y labores de información, la identificación de la persona fumadora, la derivación al médico en el caso de cumplir los requisitos necesarios y el seguimiento del tratamiento.

De esta manera, ofrece las 22.071 farmacias españolas y los 52.000 farmacéuticos que trabajan en ellas, como un recurso asistencial más para contribuir al éxito de la deshabituación tabáquica ante la entrada en vigor el pasado 1 de enero de los tratamientos financiados para dejar de fumar.

Los dos medicamentos que financia el Ministerio de Sanidad desde el pasado miércoles, la vareniclina (de marca comercial Champix) y bupropión, pueden beneficiar a 83.800 personas con problemas de adicción al tabaco.

Ambos, que se incluyen ya en la prestación farmacéutica, tendrán un impacto presupuestario de 7,9 millones de euros el primer año, según la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo.

La ministra ha defendido, además, la actualización de la ley que regula el consumo de tabaco, ya que la normativa en vigor no contempla la ordenación para los nuevos dispositivos de consumo.

“Al haber nuevas ofertas, existen `lagunas´ en la ley”, apunta.

El tabaquismo

Farmacias
EFE-TV

El consumo de tabaco es la primera causa de muerte evitable en los países industrializados. Provoca en el mundo más de cuatro millones de muertes evitables al año y se le considera la causa de, al menos, un 30% de los cánceres, según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Además, es importante señalar que no hay un grado de consumo sin riesgo.

En España se asocia a más de 60.000 defunciones al año, siendo responsable del 40 % de las muertes prematuras en hombres de entre 35 y 70 años, y del 15 % en las mujeres.

Se estima que en España fuman de forma continuada 9 millones de personas, el 23,95 % de la población mayor de 15 años (el 27,87 % de los varones y el 20,22 % de las mujeres), según datos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Otro 19,58 %  de la población es exfumadora, mientras que nunca ha fumado el 53,46 por ciento.

En cuanto al rango de edad, el mayor porcentaje de fumadores españoles se sitúa entre los 25 y los 54 años (31,68 %).

Dependencia

El tabaquismo debe ser considerado, según la organización colegial, como un trastorno adictivo cuya principal sustancia generadora de dependencia es la nicotina.

La capacidad adictiva de esta ha sido comparada a la de la heroína, hasta el punto de que bastan tres semanas de consumo continuado para provocar un cuadro de abstinencia, caracterizado por trastornos del estado de ánimo (generalmente, depresión), insomnio, irritabilidad, ansiedad, bradicardia y aumento del apetito.

Riesgos del tabaquismo pasivo

El tabaquismo pasivo o involuntario se produce en personas no fumadoras que están expuestas al humo del tabaco.

El humo más peligroso para el no fumador es el de corriente secundaria, que supone el 85 % del humo generado por los fumadores y que, a diferencia del humo de corriente principal, no es filtrado por ningún dispositivo (filtro) o por los pulmones del fumador activo.

 Convivir con un fumador aumenta el riesgo de cáncer de pulmón en un 30 % para el no fumador, y el de muerte de origen cardíaco en un 25 %.

Asimismo, los niños expuestos al humo del tabaco tienen mayor riesgo de sufrir resfriados u otras infecciones respiratorias y de oído, además de trastornos pulmonares.

Tratamiento de la deshabituación del tabaquismo

Pfizer
Infografía realizada por EFEsalud con las conclusiones del estudio ‘Rompe con la nicotina’ de Pfizer.

La principal dificultad que experimenta el fumador que quiere abandonar el hábito es la aparición de un síndrome de abstinencia de la nicotina al poco tiempo de suspender el consumo de tabaco.

Durante el último año, un 18,72 % de los fumadores diarios hizo al menos un intento de abandonar el tabaquismo.

Es por eso que para diseñar un plan para dejar de fumar conviene analizar cuáles son los motivos que impulsan al paciente a consumir tabaco; es importante una convicción absoluta para que el tratamiento sea eficaz.

La terapia para dejar de fumar que financia con el comienzo de 2020 el Ministerio de Sanidad tiene dos partes complementarias, una psicológica y otra farmacológica.

Nicotina

La terapia sustitutiva de nicotina permite reducir el síndrome de abstinencia y consigue hacer desaparecer los comportamientos sensoriales placenteros asociados a su consumo.

Se debe usar en fumadores con dependencia moderada o alta y se recomienda evitar el consumo de tabaco durante el tratamiento para evitar que se produzca una sobredosis de nicotina.

Los chicles y los comprimidos para chupar están dosificados para aportar algo más de la mitad de la dosis procedente del consumo de un cigarrillo. Los parches se utilizan, generalmente, de forma complementaria con los anteriores.

Bupropión

Es un antidepresivo inhibidor de la reabsorción de dopamina y serotonina, lo que permite el mantenimiento de mayores niveles de estas en el sistema límbico del cerebro -las zonas que regulan las emociones-.

Se debe utilizar en sujetos con elevada motivación y alta dependencia de la nicotina.

La primera semana el paciente puede seguir fumando, pero se debe fijar una fecha de abandono del tabaco dentro de las dos primeras semanas de tratamiento. La duración total del mismo no debe superar las 9 semanas.

Vareniclina

Bloquea la reacción placentera que el sujeto experimenta al fumar (efecto antagonista) y, al mismo tiempo, alivia los síntomas de abstinencia nicotínica (efecto agonista).

La duración del tratamiento con vareniclina es de 12 semanas.

El grado de dependencia

El test de Fagerström sirve para medir el grado de dependencia del tabaco.

Consta de seis preguntas y el resultado puede oscilar entre 0 (dependencia nula) y 10 (dependencia extrema). El resultado de este test condiciona el tipo de tratamiento sustitutivo de nicotina (TSN) que el farmacéutico podría proponer -chicles, comprimidos o parches-.

1. ¿Cuánto tarda en fumar el primer cigarrillo después de levantarse por la mañana?

a) 5 minutos (3)

b) 6-30 minutos (2)

c) 31-60 minutos (1)

d) Más de 60 minutos (0)

2. ¿Le cuesta no fumar en lugares donde está prohibido (cine, autobús, establecimientos cerrados, etc)?

a) Sí (1)

b) No (0)

3. ¿A qué cigarrillo le costaría más renunciar?

a) El primero de la mañana (1)

b) Otros (0)

4. ¿Cuántos cigarrillos fuma al día?

a) 31 o más (3)

b) 21-30 (2)

c) 11-20 (1)

d) 10 o menos (0)

5. ¿Fuma más durante las primeras horas del día que durante el resto?

a) Sí (1)

b) No (2)

6. Si está tan enfermo que se queda en la cama, ¿fuma?

a) Sí (1)

b) No (0)

Como conclusión, desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos destacan que las mejores campañas contra el tabaquismo son las que integran todos los ámbitos: prevención del inicio al consumo del tabaco por parte de los jóvenes (incremento de precio, restricción de publicidad directa e indirecta, campañas en escuelas, etc.), protección de la salud de los no fumadores (control del consumo en lugares públicos), información sanitaria a la población general y, por último, ayuda para que los fumadores dejen de consumir tabaco (disponibilidad de recursos asistenciales, y financiación de los tratamientos del tabaquismo).

Vía – EFE

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