El primer estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre práctica de ejercicio físico entre adolescentes ha revelado que sólo uno de cada cinco jóvenes en el mundo hace el suficiente deporte y muestra cifras peores entre las chicas por cuestiones culturales y el temor por su seguridad.
La investigación, elaborada con datos de 1,6 millones de estudiantes de entre 11 y 17 años desde 2001 hasta 2016 en 146 países, muestra que un 81 % de los adolescentes no practica al menos una hora de ejercicio diario, lo considerado por la OMS como requisito mínimo para llevar una vida sana a esa edad.
El porcentaje es algo menor entre chicos (78 %) pero en las chicas adolescentes alcanza el 85 % y mientras ellos han mejorado dos puntos en 15 años, el porcentaje entre ellas no ha variado ni un ápice.
En ambos sexos una de las razones que explican esta falta generalizada de ejercicio es, según la experta de la OMS Leanna Riley, una de las autoras del estudio, una revolución tecnológica que “anima a estar mas tiempo sentado, ser menos activos en general, jugar más con aparatos digitales, conducir más y andar menos”.
Otro factor, que según los autores afecta más a las chicas que en los chicos, son las preocupaciones por la seguridad de hacer ejercicio en el exterior, por ejemplo, a la hora de ir caminando o en bicicleta a la escuela.
“Hay una clara tendencia de incremento de la violencia, tanto hacia los adolescentes como en general, lo que provoca que por ejemplo la gente que sale de noche corra un mayor riesgo”, subrayó otra de las autoras, Regina Guthold, quien también señaló como factor de peligro los mayores flujos de tráfico en las ciudades.
Cuestiones culturales
Cuestiones culturales, como la falta de programas de fomento del deporte entre chicas o la escasez de instalaciones para ellas (por ejemplo, vestuarios separados en instalaciones deportivas), también podrían estar detrás de las peores cifras que muestran las jóvenes y su escasa mejora con el tiempo.
No se advierten tendencias específicas entre países ricos y pobres: los que mejores cifras tienen son Estados Unidos (sólo un 64 % de adolescentes no hace ejercicio), la India (72 %) y Bangladesh (63 %), beneficiados por la popularidad de deportes en la calle como el béisbol, el baloncesto o el críquet.
En el otro lado, Filipinas es el país con mayor inactividad física entre chicos (93 %) y Corea del Sur entre chicas (97 %), mientras que EE.UU. e Irlanda son aquellos con una mayor diferencia de porcentajes entre sexos (de hasta 15 puntos y en ambos casos con mayores tasas de ejercicio entre el sexo masculino).
España tiene cifras ligeramente mejores de la media pero no por ello muy positivas (un 69,8 % de los jóvenes y un 83,8 % de las adolescentes no hacen suficiente ejercicio), mientras que en la región latinoamericana los números son peores (80 % de los chicos y 89 % de las chicas).
El estudio, que publica la revista especializada The Lancet Child & Adolescent Health, recomienda la puesta en marcha de medidas en sectores como el educativo para conseguir el objetivo que la OMS se fijó en su asamblea anual de 2018: reducir el porcentaje de jóvenes que no hagan ejercicio, en ambos sexos, a un 70 % antes de 2030.
“Las escuelas tienen que asumir el papel de aumentar y animar la educación física y acrecentar las oportunidades de participar en deportes escolares”, señaló Riley, y tanto ella como Gruthold vieron como medida posible y positiva que los colegios impongan una hora diaria obligatoria de ejercicio.
El transporte afecta al ejercicio de los jóvenes
Otro campo en el que mejorar según las dos expertas es el del transporte, creando condiciones para que “caminar e ir en bicicleta sea más atractivo y accesible”.
La investigación no calcula efectos directos entre la práctica de deporte y problemas de salud como la obesidad, aunque sí subraya que la práctica de ejercicio durante la juventud tiene obvios efectos positivos en el peso, la actividad cardiorrespiratoria y muscular o el metabolismo.
“También hay crecientes evidencias de que la actividad física tiene un impacto positivo en el desarrollo cognitivo y la socialización”, señala la OMS, que subraya que todos estos efectos positivos también se notarán en la vida adulta.
Vía – EFE