Los países de la OPEP y sus socios petroleros negociaban este jueves si es mejor mantener su nivel actual de recortes de producción o aumentarlos, con el objetivo de apoyar los precios del barril en un contexto de incertidumbre de la demanda mundial.
Desde hace un año, los 14 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus diez socios externos, entre ellos Rusia (que forman la llamada OPEP+) mantienen su compromiso de recortar la producción en 1,2 millones de barriles diarios (mbd) en relación al nivel de octubre de 2018.
El acuerdo se mantendrá hasta marzo de 2020, pero esta semana deberán decidir si se renueva en dos reuniones el jueves y el viernes en Viena.
Hasta ahora los analistas apuntaban al mantenimiento del mismo nivel de recortes. Pero en las últimas horas las declaraciones de algunos ministros apuntan a la posibilidad de un recorte todavía mayor.
«Espero una reunión exitosa», se limitó a decir este jueves a su llegada a la OPEP el nuevo ministro saudita de Energía, Abdel Aziz bin Salmán, hemanastro del príncipe heredero Mohamed bin Salmán.
Arabia Saudita, tercer productor mundial de petróleo y primer exportador del planeta, es el líder de facto de la OPEP y clave en las decisiones del cártel.
Además, el país del Golfo está preparando la salida a bolsa —que podría ser la mayor de su historia— de parte del capital de Aramco, su petrolera nacional responsable del 10% de la producción de crudo mundial, por lo que tiene mucho interés en apoyar los precios.
Según Carsten Fritsch, un analista de Commerzbank, «varios miembros clave de la OPEP» estarían dispuestos a disminuir la producción en 400.000 barriles diarios suplementarios.
Alexandre Novak, el ministro de Energía de Rusia, el segundo productor del mundo y clave en las negociaciones, se reunió temprano con su par saudita y hablaron de las «medidas para estabilizar el mercado mundial del petróleo», según un comunicado oficial.
AFP / Patricio AranaProducción de crudo de los países de la OPEP, sus socios OPEP+, Estados Unidos y Rusia, de 1985 a 2018, según los datos de BP
La demanda mundial de petróleo podría reducirse por la guerra comercial, que afecta al crecimiento de China, gran consumidora de crudo, así como el débil crecimiento mundial. Un contexto que incita a la OPEP y sus socios a la prudencia, apuntan los analistas.
A esto se suman los niveles de producción de los países de fuera de la OPEP, en niveles récord.
Estados Unidos, primer productor mundial desde 2018, produce grandes cantidades de petróleo de esquisto, mientras Brasil y Canadá también aumentaron sus producción.
Además Estados Unidos tienen enormes reservas, evaluadas en 447,1 millones de barriles, según las últimas cifras de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA).
AFP / Patricio AranaProducción de crudo de la OPEP y los diez socios que participan del acuerdo de reducción de extracción para sostener los precios del barril, entre ellos Rusia, entre octubre 2018 y octubre 2019
El precio del barril sigue relativamente estable desde la última reunión del cárel, en julio, alrededor de los 60 dólares para el Barril de Brent (la referencia en Europa), exceptuando una subida en septiembre tras los ataques contra instalaciones petroleras sauditas.
— Protestas ecologistas –
La jornada estuvo marcada por una pequeña manifestación de medio centenar de ecologistas ante la sede de la OPEP para pedir el fin de las energías fósiles.
Sin embargo él mismo había afirmado en julio que los activistas climáticos son «la peor amenaza» para la industria petrolera.
Las reuniones de esta semana en la OPEP serán además las últimas de Ecuador como miembro del cártel tras su anuncio de abandonar la organización en 2020 para poder aumentar su producción e intentar así mejorar su delicada situación fiscal.
Venezuela, que a partir de 2020 será el único país latinoamericano de la organización, llega por su parte a Viena con el anuncio de EEUU el martes de sancionar a seis buques por transportar petróleo venezolana a Cuba.
Las sanciones se suman a una batería de medidas que desde 2017 la administración de Donald Trump aplica contra funcionarios, exfuncionarios y entidades de Venezuela y Cuba.
Vía – AFP