El programa les permite a los clientes actuales la posibilidad de pagar deudas que tengan con prestamistas, compras financiadas por almacenes comerciales y tarjetas de crédito con otras bancos mediante una readecuación con el Banco Popular.
Víctor Rodríguez, subgerente general de negocios del Banco Popular, explicó que se espera asumir unos ¢30 mil millones de deudas de clientes contraídas con otros entes a través de la nueva opción, que requiere que se ponga en garantía alguna propiedad.
Estos serían algunas de las condiciones que deben tomar en cuenta las personas o empresas que quieran acceder a un “crédito de salvamento”.
¿Qué cambió?
El Banco Popular, como muchos otros bancos, ya tenían programas para refinanciar y readecuar deudas dentro del propio banco.
Esto incluye otras entidades financieras supervisadas, y no supervisadas, por la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF), entidades públicas, casas comerciales de ventas a crédito y proveedores de bienes y servicios.
Incluso, pueden ser créditos a través de prestamistas, siempre que sean demostrables al contar con una garantía inscrita en el registro de la propiedad.
Sin embargo, si se trata de créditos personales sin garantía, solo se pueden readecuar los mismos préstamos que tenga ya con el Banco Popular.
¿Quiénes califican?
Tienen que ser clientes actuales con ingresos demostrables, incluyendo empleados públicos y privados, pensionados y personas que generan sus propios ingresos.
El Banco se puso la meta de llegarle a, por lo menos, 22 mil personas y empresas. Entre sus clientes actuales, hay unas 109 mil que tienen hoy una mora mayor a 30 días, sin embargo, para ser candidatos deben tener buena disposición de pago e ingreso comprobado.
“Si vienen 50 mil personas, en buena hora, porque impactaríamos a más población todavía, pero hay algunas de esas que están desempleadas que definitivamente sabemos que no van a llegar, y con muchas ya hemos hecho gestión de cobro por mucho tiempo, y sabemos que tampoco van a llegar”, agregó.
Tampoco deben ser personas que necesariamente estén atrasadas con el banco, pueden ser alguien que pasó a un trabajo con menor salario, que aún quiere honrar sus deudas.
¿Cuánto dura la aprobación?
Para la oferta con hipotecas, se requiere hacer un avalúo y pueden demorarse unas seis semanas.
En estos casos, el cliente puede tener una hipoteca existente con otro banco, que podrá usarse para el refinanciamiento siempre que el valor de la propiedad supere el monto de la deuda.
El préstamo personal es más rápido y se puede hacer en pocos días.
¿Qué restricciones me impone?
Algunos de las restricciones que el Gobierno visualizaba para los créditos de salvamento no se están implementando en esta primera opción.
Por ejemplo, la directriz incluía como requisitos que las cuotas superaran el 50% del ingreso bruto, y que quienes toman el crédito asistan al menos tres años a un programa de educación financiera. Ninguna de estas restricciones se incluyó en la opción del Banco Popular.
También, el Gobierno quería agregar la condición de que no se podrían contraer otras deudas hasta que se haya amortizado -al menos- la mitad del principal o trascurrido la mitad de plazo.
“No tenemos cómo controlar lo que hagan los demás en el sistema financiero hasta que la Sugef tenga preparada la central de deudores para decirle a todas las entidades financieras que esta persona ya fue sujeta de crédito de salvamento”, contó Rodríguez.
El Banco Popular sí condicionará que, durante los primeros dos años, el cliente no podrá acceder a otro crédito, pero solo con el mismo banco.
Sin embargo, si una persona mejora su condición, puede pasar a tener un crédito normal y acceder así a un crédito nuevo.
¿Es riesgoso hipotecar la casa para pagar otras deudas?
Una de las preocupaciones de las personas es sobre el poner a responder su hogar como garantía para créditos no relacionados con la vivienda.
Un ejemplo sería una casa comprada por ¢50 millones hace en cinco años: ya ha amortizado ¢5 millones del préstamo y cuando hace avaluó, encuentra que ahora vale ¢70 millones, por lo que tiene un espacio para respaldar un préstamo mayor.
“Conozco casos de clientes que me han llamado a mí y deben ¢80 millones de tarjetas de crédito, pero me dicen: ‘no quiero tocar mi casa’. Entonces ¿cómo quieren salir de los ¢80 millones? Si usted está manchado, tiene el crédito cerrado para todo”, argumentó Rodríguez.
“Lo que el banco desea es generarles bienestar a las personas, en ningún momento la intención del banco es que la persona se quede 30 años con esa deuda, es tratar de que la persona se ubique en su realidad económico”, agregó.
Si una persona puede aumentar sus ahorros al bajar la cuota mensual, puede ir acumulando fondos para hacer un pago anticipado del crédito, sin multa.
¿Cómo cambiará la cuota?
“Les puedo garantizar que todos los casos que vamos a analizar son diferentes, entonces la hoja de ruta que tenemos trazada nosotros no está para poder darle un producto envasado a la gente”, contó.
Según Rodríguez, tienen casos en que clientes pasan a tener cuotas mensuales de ¢850 mil a ¢425 mil al pasar a una menor tasa y mayor plazo, aliviniando su carga y tener una mejor calidad de vida.
En créditos personales, la idea es tener una tasa de interés promedio del 16% y un plazo de hasta 15 años.
La opción con hipoteca tendría una tasa máxima del 12% para consumo, 10,25% para vivienda y de 4% por encima de la Tasa Básica Pasiva para pymes, y un plazo de hasta 30 años.
¿Qué pasa si no es cliente del Banco Popular?
En una siguiente etapa se valorará una propuesta para personas no clientes.
La ministra de Planificación, Pilar Garrido, dijo que el 15 de diciembre el Banco Nacional y el Banco de Costa Rica estarán anunciando paquetes financieros similares.
Vía – Elobservadorcr