Cientos de activistas prodemocracia bloquearon este domingo algunas rutas al aeropuerto de Hong Kong mientras la ciudad se iba recuperando de una noche de violentas protestas en las que hubo fuego, gas lacrimógeno y palizas de la policía.
Los operadores del tren «Airport Express» dijeron que habían suspendido los servicios el domingo por la tarde, mientras los protestantes, escondiéndose de las cámaras de vigilancia bajo paraguas, construían barricadas en la estación de buses del aeropuerto y trataban de detener el tráfico en la principal carretera que lleva a las terminales.
Fuera de una de las terminales del hub internacional, los manifestantes pusieron extintores de incendios y amontonaron carritos para equipaje para crear nuevas barricadas al tiempo que rompían cámaras de vigilancia.
La policía de Hong Kong dijo que estaba lista para lanzar una «operación de dispersión» y advirtió en Facebook a los contestatarios de que debían abandonar el área del aeropuerto «inmediatamente».
Hasta el momento el tráfico aéreo no había sufrido interrupciones, pero algunos pasajeros se mostraban totalmente desconcertados por las caóticas escenas.
«Quiero ir al aeropuerto a buscar a mi hermana, pero no puedo acceder», explicó Samirah, trabajadora doméstica indonesia, a la AFP.
Los manifestantes tienen prohibida la entrada al aeropuerto desde que uno de los bloqueos en agosto terminó en enfrentamientos graves con la policía.
No obstante, los protestantes han ignorado de forma rutinaria las restricciones de movimiento impuestas por el gobierno.
Tras un sábado en el que varios barrios del enclave se convirtieron en escenario de auténticas batallas campales, la ciudad empezaba a recuperar la calma y el ritmo.
«Estoy muy muy cansada», confesaba May, una estudiante de 18 años. «Creo que mucha gente en Hong Kong no durmió ayer. Casi no me levanto esta mañana pero estoy determinada a ir (a manifestarme) hoy».
– Disparos de advertencia –
Un vídeo de un medio local mostró a la policía de élite cargando contra una multitud y golpeándola cuando se protegía dentro de un vagón de tren. En las imágenes se ve a un hombre que trata de proteger a su amiga siendo cubierto de gas pimienta y llorando con angustia de rodillas. A continuación, se ve a los oficiales abandonar el vagón sin hacer detenciones.
En el enclave, cada vez hay más enfado por las tácticas de la policía. «La policía es como una banda criminal con licencia, licencia para atacar y asaltar, dijo Kwok Ka-ki, un abogado prodemocracia, a la AFP. «El gobierno no es distinto del de un régimen autocrático».
Denunciando la «horrible» carga policial en el vagón de tren, Amnistía Internacional pidió que se investigara lo ocurrido.
Autoridades sanitarias dijeron el domingo que 31 personas habían sido ingresadas en hospitales tras los enfrentamientos del día anterior, incluidas cinco en estado grave.
– Detenciones de alto perfil –
La agencia estatal china Xinhua colgó un vídeo el sábado por la noche de la policía antidisturbios china en Shenzhen, ciudad fronteriza con Hong Kong.
El gobierno central chino ha estado mezclando técnicas de intimidación, propaganda y amenazas económicas para tratar de atemperar el movimiento, que supone un desafío directo a su control.
El viernes, la policía se dedicó a arrestar a políticos y activistas prodemocracia de alto perfil, en una técnica calcada de los manuales de Pekín.
La policía niega que las redadas estuvieran destinadas a debilitar las protestas del fin de semana.
Más de 900 personas han sido arrestadas desde junio en conexión con las protestas.
El sábado se cumplió el quinto aniversario del rechazo de Pekín a organizar elecciones con sufragio universal en Hong Kong. Esta decisión desencadenó el «Movimiento de los Paraguas» de 2014, marcado por 79 días de ocupación del centro financiero y político de la ciudad.
Aquella movilización, entonces histórica, finalizó sin ninguna concesión por parte del gobierno central chino.