De las 1.563 pruebas de expiración de aire que le realizaron los oficiales de tránsito a los conductores, un total de 212 dieron positivo durante el mes de enero.
Alberto Barquero, subdirector de ese cuerpo policial, manifestó que ello representa el 13,5% de las pruebas desarrolladas, y que si se compara con las cifras del año anterior hay un leve aumento de 0,5%.
Es decir, durante 2019 se examinó a 1.602 choferes con un 13% de casos positivos.
“Solo en enero, remitimos al Ministerio Público a 159 conductores, por sobrepasar los límites más altos de alcohol en el organismo, permitidos por la Ley, según la prueba de aliento realizada.
Eso quiere decir que el 75% de los casos positivos aparentemente iban en absoluto estado de ebriedad y eso es realmente preocupante”, manifestó.
A los conductores particulares bajo los efectos del alcohol, entre 0,50 y 0,75 gramos (prueba de espiración de aire) o entre 0,25 y 0,38 miligramos (prueba de sangre) y los choferes profesionales y novatos bajo los efectos del alcohol, entre 0,20 y 0,50 gramos o entre 0,10 y 0,25 miligramos se les aplica una sanción de ¢326.701,19 y 6 puntos.