Esta mañana, las autoridades anunciaron cambios en el Seguro Agrícola que ofrece el Instituto Nacional de Seguros (INS). Esta herramienta ya existía, pero ahora se renueva para simplificar el papeleo, acelerar la cobertura y hacerlo obligatorio al lado de préstamos a agricultores en el Banco Nacional.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el INS y el Banco informaron que el seguro estará incluido automáticamente en los créditos que los productores soliciten a esta entidad financiera, a una tarifa preferencial y con trámites simplificados.
El presidente del INS, Elian Villegas, señaló que se disminuyeron las páginas de todos los documentos que deben completar los solicitantes. Además se cambió el modelo de indemnización, para permitir indemnizar en un plazo de tres a cinco días.
«Lo que buscamos aquí es que a partir de una póliza colectiva, donde se va a englobar a la totalidad de los clientes de la cartera agrícola del Banco Nacional de ahora en adelante, ahí empezamos a generar un proceso que sea mucho más eficiente para todos los clientes, para el Banco y para el INS», explicó Villegas.
El Seguro Agrícola en el BN bajará de precio. Ahora tendrá un costo al agricultor de ¢300 por mes por cada millón dado en el préstamo. Toda la cartera agrícola que genere el Banco Nacional va a estar cubierto en esa póliza. «El precio se baja bastante», destacó el jerarca del Instituto.
Adaptación al cambio climático
El presidente Carlos Alvarado participó en el anuncio en el MAG. Aseguró que el instrumento es parte de una estrategia más amplia para acercar el seguro de cosechas a los agricultores. «Es un mecanismo no solo para proteger al productor en el contexto de cambio climático que enfrentamos, sino también para facilitarle el acceso al crédito, fundamental para la reactivación económica en las regiones», dijo.
La póliza cubre una amplia gama de cultivos como banano, café, palma aceitera, piña, caña de azúcar, forestales, raíces y tubérculos, hortalizas y frutales. Recientemente se incluyeron nuevos productos como guayabita del Perú, plantas ornamentales y plantas de café (hasta el tercer año se asegura la planta y a partir de allí la cosecha).
Todo sucede en tiempos en que el planeta vive una emergencia inédita ante el calentamiento global causado por el humano. Según reportó Presidencia, en octubre de 2017 el huracán Nate causó pérdidas en el sector agro por cerca de ¢13.788 millones, dañando 6.553 fincas y afectando 8.004 productores. Un año antes, el huracán Otto golpeó a 2.185 productores quienes perdieron aproximadamente ¢18.409 millones y fueron devastadas 2.661 fincas, según un informe desarrollado por el MAG.
Este Seguro Agrícola cubre daños causados por riesgos de la naturaleza como sequía e inundaciones y plagas y enfermedades.
«Nos hemos dado a la tarea de actualizar las estructuras de costos y rendimientos de más de 100 actividades agropecuarias en todas las regiones, con la participación y el criterio de los técnicos y de los agricultores involucrados. Esta información está permitiendo el desarrollo de todo el andamiaje de seguros que estamos construyendo para aumentar la resiliencia de la producción agropecuaria», afirmó el ministro Renato Alvarado.
Villegas resaltó que el INS y el Banco darán un acompañamiento técnico a los agricultores, en prácticas y hábitos sencillos, para enfrentar las condiciones climáticas y prevenir el impacto de emergencias.
Se promoverán medidas como barreras cortavientos (cercas o separaciones entre cultivos) y cultivo de agua.
