México espera llegar a acuerdos migratorios y fronterizos con la visita este martes de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, que supone una buena oportunidad para afianzar la relación bilateral, aunque se produce en un momento político tenso tras los comicios del domingo.
«Queremos mantener una muy buena relación con el Gobierno de Estados Unidos, se ha portado muy bien el presidente (Joe) Biden», dijo este lunes el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Según el mandatario, los países están «trabajando bien» y por eso se produce la visita de Harris, quien llega este lunes en la noche a México desde Guatemala para una visita de 24 horas.
López Obrador remarcó que el principal tema de la visita es lo relacionado con la migración y se está «avanzando» en la materia.
La región vive una ola migratoria sin precedentes recientes y en los últimos años se han producido varias caravanas de centroamericanos que huyen de sus países hacia México y Estados Unidos.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés) de Estados Unidos, en abril pasado fueron detenidos 178.120 indocumentados en la frontera con México, la cifra más alta para ese mes desde el 2000.
MIGRACIÓN Y COOPERACIÓN
«Esta visita es superinteresante porque abre una negociación que no había hasta el momento», dijo a Efe Leticia Calderón, doctora en Ciencias Sociales y experta en migración.
«Es una visita que abre oportunidades para comenzar a alinear las posiciones en materia de cooperación migratoria», secundó Guadalupe González, experta en relaciones internacionales del Colegio de México.
La cooperación para el desarrollo y la migración serán los temas esenciales de la visita de Kamala Harris, quien desde marzo se encarga del tema migratorio en la Casa Blanca.
Hay «una visión común de cómo resolver en lo inmediato opciones para las personas que están teniendo que migrar por migración forzada por la pobreza», indicó el viernes en conferencia de prensa el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
Aunque puede haber divergencias.
Estados Unidos tiene un programa de 4.000 millones de dólares para Centroamérica para impulsar el desarrollo mejorando la seguridad, combatiendo la corrupción y reduciendo la pobreza.
Mientras tanto, México busca ampliar su programa estrella de reforestación y su plan de becas y aprendices para jóvenes, que ya se aplican en Honduras, El Salvador y Guatemala aunque con una inversión limitada.
«El enfoque estadounidense y el enfoque mexicano son muy distintos», apuntó González.
CONTROL DE FRONTERAS
A mediados de marzo México desplegó a miles de agentes de seguridad y funcionarios la frontera sur con el pretexto de frenar el coronavirus.
El hecho desató críticas porque si bien desde marzo de 2020 los cruces fronterizos en la frontera norte estaban muy restringidos, era la primera ocasión durante la pandemia con medidas claras en la frontera sur.
Se desconoce si se negociará también una incremento de las fuerzas de seguridad. Pero lo que sí es seguro es que el control en las fronteras estará en el orden del día.
Para Calderón «está entre bambalinas el flujo migratorio porque les importa electoral y políticamente a Estados Unidos». Por ejemplo, apuntó, se podría llegar a un acuerdo para ampliar el número de migrantes refugiados en México.
González destacó que se van a reforzar las medidas de control: «No sé si exactamente tiene que ver con militares, porque también se habla mucho de intercambio de información entre países» para impedir las caravanas.
PANDEMIA Y FRONTERA
En este contexto, México puede hallar esta buena vía de negociación en una relación históricamente asimétrica.
Se espera que se traten otros asuntos como el envío de vacunas anticovid a México o la reapertura de la frontera, indispensable para recuperar la normalidad comercial.
De hecho, el pasado jueves el presidente mexicano agradeció por teléfono a Harris el envió de un millón de vacunas de Janssen desde Estados Unidos, que se aplicarán en municipios de la frontera norte.
La visita también llega en un «momento político malo», según González, tras las tensas elecciones intermedias de este 6 de junio, marcadas por la crispación política y la violencia.
Para allanar el terreno, en días recientes Ebrard se reunió con el secretario de Estado, Antony Blinken, para hablar de las causas estructurales de la migración y la cooperación en pandemia.
También conversó con el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, sobre comercio fronterizo, migración y tráfico de personas y armas.
No obstante, no se prevé que se hable específicamente de derechos laborales ni de tráfico de armas con Harris. Tampoco se trataría la nota diplomática que México envió a Estados Unidos denunciando que financia a ONG que intervienen en política interna.
«No espero una respuesta de ella, porque tampoco nosotros hemos puesto ese tema como un tema central de la conversación. Eso se ve por otras vías», puntualizó el canciller.
Fuente: EFE