Con 13 años, Sayda Ayala llegó como indocumentada a Estados Unidos en 2003, proveniente de Honduras. De la frontera de El Paso, Texas, viajó con su tía a Long Beach, California, para reunirse con sus padres a quienes tenía tres años sin ver: “Tenía muchos miedos, sin saber inglés, ni cómo cambiaría mi vida”, cuenta la hoy empresaria.
En 2013 comenzó a trabajar como secretaria en una concesionaria de camiones de carga en Wilmington, donde se apasionó por la industria del transporte. Tras su renuncia compró un camión de carga junto al padre de su hijo, pero a los pocos meses se separó y contactó a Hugo Ruiz, un excliente, para ver si estaba interesado en comprarle el camión: “Hugo me dijo, no mija, no lo venda póngalo a trabajar, y él me ayudó”, recuerda.
Al poco tiempo, el empresario la llamó para decirle que pasara a recoger su cheque. Para su sorpresa su camión había realizado varias cargas con las que ganó 1,800 dólares. Entonces le pidió que le financiara la compra de un camión y a los treinta días le financiaron otro; el préstamo total fue por 60,000 dólares. Así nació Calebs Express, su primera compañía de transporte.
La hondureña cuenta que ser una mujer joven de negocios sin contar con una residencia legal fue muy difícil. Abrió su negocio sólo con su pasaporte de Honduras y su ITIN (Número de Identificación Personal del Contribuyente), pero eso no le impidió crecer y cuidar su crédito, a pesar de no contar con seguro.
En 2016 se inscribió al programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), con lo que obtuvo su permiso de trabajo. Ya con un estado legal empezó su segunda empresa, Milestone Trucks Sales Inc., una concesionaria de camiones, en sociedad con un empresario de Downey, California, que a los ocho meses se marchó, llevándose el dinero que Sayda tenía contemplado invertir en los próximos dos años.
Después de DACA las cosas no cambiaron mucho: “La mayoría de lo que hago ahora ya lo hacía sin documentos, pero me da más tranquilidad saber que por lo menos algo me protege. También puedo aventurarme a negocios más grandes que requieren trabajar con el Estado”.
Para esta dreamer las claves de un negocio exitoso son la disciplina, ayudar a los demás, tener pasión por lo que se hace, reconocer y aceptar las consecuencias de los errores cometidos, y nunca quedar mal ante los demás: “Mantengo mi palabra y eso me ha abierto muchas puertas. Tengo un carácter fuerte para ser mujer y con mi estatura, pero a la vez soy muy alegre y bromeo mucho”.
Las dos empresas generan más de 4 mdd al año, y por el momento sólo emplea a siete personas porque está reestructurando las compañías. Ayala se encuentra en tratamiento contra el cáncer, por lo que sólo opera Calebs Express, que no requiere que esté ahí físicamente. Cerrará Milestone Trucks Sales y abrirá una nueva locación, ya que se está mudando de ciudad: “Tengo muchos planes para las empresas, no sólo éstas, sino las que vienen a ayudar a más personas a abrir sus propios negocios”, asegura.
Con información de Forbes Centroamérica