Recientemente la costarricense, Andrea Corrales, fue reconocida como una de las mujeres más poderosas según la revista Forbes.
La revista Forbes Centroamérica posicionó a Andrea Corrales Murillo, directora País de la División de Terminales de Huawei (Consumer Business Group) dentro de las 100 mujeres más “poderosas” de Centroamérica.
La designación, que reconoce su destacada trayectoria en tecnología; se sustenta en logros de gran alcance como ser la primera persona no china en ocupar este puesto en América para el gigante tecnológico; un aumento del market share del 2% al 48% en unidades en tan solo 6 años y una gestión que llevó a esta marca a crecer un 1900% en el país.
En un ámbito, el enorme empuje y la visión de mercado, unidos a una relevante gestión de los equipos de trabajo; marca un antes y un después y constituye un ejemplo claro del enorme potencial del talento femenino en esta fuente de desarrollo social y económico.
Sus inicios profesionales están concentrados profesional y laboralmente en la comunicación. ¿A qué se debe ese viraje profesional hacia la tecnología?
Es que la comunicación es vital en cualquier industria, así que hace más de una década tuve la oportunidad de ingresar a telecomunicaciones; que en aquel entonces empezaban a crecer en Costa Rica. Ingresé primero justamente en puestos de mercadeo, y luego se me abrieron oportunidades más comerciales. Mi formación como comunicadora y mercadóloga jugó a mi favor; ya que me permitió tener una visión más amplia al llegar al área comercial. Y hace ya 6 años asumí mi puesto actual como Directora País de la División de Terminales de Huawei (Consumer Business Group).
Tradicionalmente el área tecnológica es un territorio con prevalencia de hombres. ¿Tuvo usted que luchar más fuerte por crear espacios? ¿De este esfuerzo qué lecciones podemos extraer las mujeres con las mismas inquietudes y que enfrentan los mismos retos?
Definitivamente las mujeres tenemos que luchar más fuerte; nos enfrentamos a los mismos desafíos que los hombres, y encima a desafíos adicionales simplemente por ser mujeres. El acceso a oportunidades, la brecha salarial, la discriminación, por citar solo algunos. Pero en mi opinión, el principal reto de las mujeres viene de nosotras mismas.
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Hemos sido criadas tradicionalmente para tomar el “asiento del pasajero”, no para conducir, y aunque somos igual de capaces que nuestros compañeros; tenemos una barrera mental que muchas veces no nos permite lanzarnos ante las oportunidades. Creemos que no nos las merecemos, que no somos suficientemente buenas, que si buscamos crecer laboralmente sacrificaremos a nuestras familias… Y eso no es así. Sí nos merecemos esas oportunidades, sí somos buenas, no es cierto que haya que escoger entre carrera y familia; ni que ser profesionales exitosas nos haga malas esposas o madres. Al contrario, cuando una se siente realizada, eso permea positivamente en nuestros seres queridos.
¿Cuáles han sido sus mayores retos en estas posiciones?
Tecnología es un área dinámica y veloz como ninguna otra. Por eso sin duda el principal reto es la lectura de los cambios y la adaptación a ellos; para alcanzar y mantener el liderazgo de una marca en una industria tan cambiante, hay que tener una visión de largo plazo, ir siempre un paso adelante. Este sin duda es el mayor reto.
¿En su trabajo de nueve años con Huawei ha encontrado espacios para mejorar la equidad de las mujeres en la tecnología?
He participado en muchos foros de género y colaboro con esta causa cada vez que me lo piden. Pero soy firme creyente de que se predica con el ejemplo. Por eso me enorgullece muchísimo que Huawei es una empresa que lejos de tener la equidad en un manual o una presentación de Power Point; la vive en la realidad, en su día a día. En mi equipo en general somos la mitad mujeres y la mitad hombres… Tenemos mujeres en puestos gerenciales, y en mi equipo de ventas –un área tradicionalmente “masculina”- también son exactamente la misma cantidad de hombres que de mujeres.
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Además, puedo dar fe que no hay disparidad salarial. Somos un equipo en feliz equidad, y eso nos hace un equipo ganador; tanto así que a nivel de Huawei hemos recibido múltiples premios por nuestros resultados en el negocio. Hombres y mujeres somos igual de valiosos, pero traemos cosas distintas a la mesa, por eso nunca somos más fuertes que cuando trabajamos en conjunto.
En múltiples ocasiones ha recibido la oportunidad de hablar en espacios y foros que discuten el tema de la mujer y la tecnología. ¿Cuál es el mensaje que impulsa?
A las mujeres les digo ¡créansela! No se cierren las puertas ustedes mismas. No duden de sus capacidades. Y además, busquen las oportunidades. Si existe algo que quieren, vayan tras ello, atrévanse. Si quieren un ascenso en su empresa; proactivamente déjenlo saber a su jefatura y a recursos humanos, si están listas profesionalmente para asumirlo al menos las considerarán, y si no lo están; por lo menos podrán recibir retroalimentación sobre sus áreas de mejora y trabajar en ellas con mira a una futura oportunidad.
¿Cuál sería su mensaje final para las mujeres que tienen inquietud por trabajar en tecnología?
Que las oportunidades están ahí, que se lancen por ellas, que no teman. Es cierto que la tecnología ha sido mayoritariamente masculina; pero justamente somos nosotras las que tenemos que cambiarle la cara a la industria. Las empresas modernas saben del valor que aportan las mujeres, y del valor de la diversidad en general para el éxito en los negocios. Pero muchísimas veces pasa que, al reclutar puestos en tecnología; se recibe una aplastante mayoría de currículums (SIC) de hombres. Y eso viene desde la elección de carrera; hay más hombres que mujeres estudiando ingenierías y ciencias; siendo que es bien sabido que hay más oportunidades en estas áreas. Pero es que muchas mujeres somos criadas para pensar que las ciencias, que los números, no son nuestro fuerte… Volvemos a las barreras mentales que inician desde niñas y se perpetúan -y multiplican- en la adultez.
Por eso insisto en que las mujeres somos nuestro principal enemigo. Las empresas pueden abrirnos las puertas, pero para eso, nosotras primero necesitamos tocar en ellas.
Con información de Cr Hoy
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