Las negociaciones entre el régimen de Maduro y la oposición venezolana cumplen este martes una semana de suspendidas, sin indicios de reanudarlas
El proceso de negociaciones políticas que llevaba adelante el régimen Nicolás Maduro y la oposición venezolana cumple este miércoles una semana de suspensión.
Maduro, quien frenó las reuniones por considerar que el antichavismo aplaude el bloqueo de bienes estatales venezolanos en Estados Unidos, dijo que no retomaría los acercamientos «en esas condiciones».
El líder chavista llamó a reunir 13 millones de firmas contra la sanción estadounidense y amenazó con castigar a los «traidores a la patria» que apoyan el embargo, entre ellos Juan Guaidó.
Maduro insiste en que el diálogo como mecanismo para resolver el conflicto político nacional es una bandera suya, pese a que fue él quien ordenó el fin de estas negociaciones.
En la última semana reiteró su «vocación» de hablar con la «oposición extremista» y aseguró que «siempre» han existido «conversaciones secretas» para ir «acercando posiciones».
El segundo vicepresidente del Parlamento, Stalin González, afirmó que el oficialismo cesó las conversaciones por «miedo al cambio» cuando «había una propuesta en mesa».
El diputado, que encabezaba la delegación opositora en las reuniones, señaló que las negociaciones ya habían entrado «en aguas profundas». «Había una propuesta en mesa, por eso se paran», subrayó sin más detalles.
Poco se sabe del contenido debatido durante estas reuniones ni su metodología, pero los mismos implicados han dicho que se trabajan seis temas.
El oficialismo insistió en pedir el levantamiento de las sanciones extranjeras impuestas a altos funcionarios del Ejecutivo, mientras que Maduro subrayó que no aceptará «chantajes».
La oposición cree que cualquier acuerdo debe incluir nuevas elecciones presidenciales, pues las realizadas en 2018 están señaladas de fraudulentas.
Aunque Maduro y Guaidó defienden la necesidad de usar la palabra como medio para resolver los conflictos, ninguno ha dejado ver indicios de próximas conversaciones.
La Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos informó que ya se realizó el proceso de indagatoria contra José Efraín López Mendoza, líder del Movimiento Revolucionario de Crimen Organizado (Moreco), quien estaba en la mira de las autoridades costarricenses y tenía un alto perfil para el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Administración para el Control de Drogas (DEA) de los Estados Unidos.
El Ministerio Público indicó que a López Mendoza se le investiga como sospechoso de cometer el presunto delito de tráfico internacional de drogas.