El cáncer gástrico es una de las enfermedades más complejas que afecta el sistema digestivo, siendo una de las principales causas de muerte por cáncer en muchas partes del mundo. En Costa Rica, según el Ministerio de Salud, el cáncer gástrico es la tercera causa de muerte por cáncer, con una incidencia (casos nuevos de una enfermedad) significativa entre los hombres, especialmente aquellos mayores a 50 años.
Según datos del Instituto de Investigación en Salud (Inisa) de la UCR, existe una variación en la cantidad de casos nacionales por regiones, con una mayor incidencia en varios cantones de Cartago, Pérez Zeledón y la zona de los Santos. Cada año fallecen por esta causa alrededor de 750 costarricenses y se diagnostican con la enfermedad aproximadamente 800 casos nuevos.
No se conocen con exactitud todos los procesos involucrados en la aparición del cáncer gástrico, sin embargo, se identifican tres factores: la infección con la bacteria Helicobacter pylori, las variantes genéticas individuales que determinan la respuesta inmune a esta infección y los factores, como la dieta y los estilos de vida. Este tipo de cáncer, que suele detectarse en etapas avanzadas debido a la falta de síntomas tempranos, tiene un pronóstico más complicado, lo que hace aún más crucial la detección precoz y la prevención a través de hábitos saludables.
Una dieta rica en alimentos frescos y naturales puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer gástrico. Se ha demostrado que un consumo alto de frutas y verduras, especialmente aquellas ricas en vitamina C y antioxidantes, como los cítricos, los tomates y los chiles dulces, puede disminuir las posibilidades de sufrir este cáncer. Por otro lado, las personas que consumen una mayor cantidad de carnes rojas procesadas o embutidos (principalmente por el aporte de nitritos), alimentos altos en sodio y grasas saturadas, productos ultra procesados como bebidas carbonatadas y altas en azúcar, pueden presentar un mayor riesgo. Estos alimentos contienen compuestos que, cuando se digieren, pueden irritar la mucosa gástrica y generar inflamación crónica, lo que contribuye al daño celular a largo plazo.
Alimentos como los granos enteros, las leguminosas, frutas y los vegetales ayudan a regular el tránsito intestinal y protegen el estómago. De igual manera, una adecuada hidratación es clave para mantener el funcionamiento digestivo.
Información de: diarioextra