En el Día Mundial de la Obesidad, 12 de noviembre, los expertos urgen a tomar medidas frente a esta enfermedad: menús escolares equilibrados, educación alimentaria para padres e hijos, más horas de educación física en los colegios y oferta deportiva pública para combatir el sedentarismo son las principales recetas
Son ejemplos de actuaciones que deben acometerse desde las instituciones públicas frente a la obesidad, según señala a Efe el director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber) de Obesidad y Nutrición (CiberOBN), Carlos Diéguez.
Especialmente, si tenemos en cuenta que el 25 % de la población en España es obesa o tiene sobrepeso, y que el ritmo de crecimiento de la patología, responsable de más de 100.000 muertes al año, es ya muy parecido al de Estados Unidos.
Pero, ¿cuáles son las razones de este crecimiento? Según Diéguez, “hemos abandonado la dieta mediterránea, nos hemos ido a una dieta menos equilibrada, comemos más alimentos procesados y menos verduras, y somos más sedentarios”.
Los países mediterráneos como Grecia, Malta, Italia y España tienden a abandonar la dieta propia, de proximidad, de temporada y rica en nutrientes y esto conlleva un crecimiento sensible, pero imparable de la obesidad desde 1990.
Los más pequeños optan por comidas rápidas y con un efecto saciante menor y eso engorda porque, cuando empezamos a comer para que nuestro sistema de saciedad se entere que hemos comido, necesitamos que pasen unos 20 minutos.
Y cuando un joven come una hamburguesa se pueden tardar tres o cuatro minutos, con lo que al acabar querrá otra, porque no hay tiempo de que su cerebro se entere que ha comido.
Sin embargo, según explica el investigador, si se comen unas lentejas muy calientes en casa de su abuela, se tomarán despacio y dará tiempo a que al cabo de los 20 minutos esté saciado.
Menos ejercicio físico
Pero además, cada vez los jóvenes hacen menos ejercicio físico, gastan menos energía y aumenta así su peso corporal y el tejido adiposo, según Diéguez, quien incide en que es tan importante que los jóvenes aprendan matemáticas como que tengan buena salud, y para eso es necesario incrementar las horas de ejercicio físico, no solo en los colegios, también fuera.
Hay que mentalizar a los padres y educadores de que tienen que hacer ejercicio físico, incorporarlo en su rutina diaria, y si pueden, practicarlo con ellos, porque en España hay más de un 30 % de niños entre 7 y 13 años con sobrepeso. Ocupa el quinto puesto de Europa.
Hoy hay diez veces más de niñas y doce veces más de niños de 5 a 19 años que sufren obesidad que los que había en 1975, y si en el año 2000 el sobrepeso alcanzó a uno de cada diez jóvenes, en la actualidad, es a uno de cada cinco.
Por eso, Diéguez urge a las autoridades a que se pongan manos a la obra para frenar y revertir esta “epidemia” con medidas concretas para paliar esta enfermedad, que se encuentra en el origen de otras muchas patologías que afectan a la salud: problemas cardiovasculares, hipertensión arterial, trastornos respiratorios, músculo-esqueléticos o infertilidad.
Además, según los investigadores, se ha documentado que la obesidad se relaciona con hasta trece tipos de cáncer (mama, endometrio y colon los más comunes).
Los investigadores están avanzando en buscar dianas terapéuticas que favorezcan abordajes certeros y terapias eficaces, pero no buscan “pastillas mágicas” que permitan comer cuanto se antoje sin engordar.
El campo de la nutrigenómica, que estudia la influencia de los nutrientes en la expresión de los genes, ha abierto grandes posibilidades.
También el de la epigenómica o de cómo los factores ambientales unidos a patrones alimentarios concretos y al estilo de vida influyen en la microbiota y en la expresión de nuestros genes.
El descubrimiento de la grasa parda (‘buena’) como aquélla que se activa con el frío y funciona como una especie de calefacción natural, que elimina aminoácidos que favorecen la diabetes y la obesidad, ha abierto una vía de enorme potencial en la lucha contra la obesidad.
A ello hay que sumar la utilización de nuevas tecnologías como realidad virtual, inteligencia artificial o videojuegos en terapias de obesidad infantil o trastornos de la conducta alimentaria.
Vía – EFE