El líder opositor boliviano Luis Fernando Camacho, quien prometió forzar al presidente Evo Morales a firmar una carta de renuncia que él le redactó, regresó este martes a su bastión de Santa Cruz (este), impedido de salir del aeropuerto que sirve a La Paz por la presencia de enfurecidos manifestantes oficialistas.
Camacho llegó de madrugada al aeropuerto de El Alto desde la región de Santa Santa Cruz, la más rica de Bolivia y bastión opositor, tras proclamar desafiantemente en un mitin el lunes que le entregaría personalmente a Morales la carta de dimisión para que la firmara, algo que parecía totalmente improbable.
Al llegar a El Alto, ciudad vecina a La Paz, permaneció varias horas dentro de un «área segura» de la terminal aérea, impedido de salir por la presencia de simpatizantes de Morales, algunos provistos de palos. Hacia las 08H45 locales (12H45 GMT), partió de regreso en una avioneta de la Fuerza Aérea hacia Santa Cruz, 900 km al este de La Paz.
«Ha despegado una avioneta con el señor Camacho en dirección a Santa Cruz», dijo ante la airada multitud dentro de la terminal el jefe policial de El Alto, coronel Franz Sellis Mercado.
La frustrada visita de Camacho a La Paz fue la acción más desafiante de la oposición boliviana para conseguir la renuncia del presidente izquierdista indígena, a quien acusan de cometer un «fraude» en las elecciones del 20 de octubre.
Morales, en el poder desde 2006, fue elegido para un cuarto mandato consecutivo, pero la oposición exige su dimisión, la anulación de los comicios y la convocatoria a nuevas elecciones sin que él sea candidato nuevamente.
Desde que comenzaron las protestas, al día siguiente de la votación, se han registrado dos muertos y unos 140 heridos, según la Defensoría del Pueblo.
Camacho, un abogado de 40 años, es el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz (derecha) y se ha convertido en el rostro más visible de la oposición tras los comicios, aunque no fue candidato a la presidencia, opacando al expresidente centrista Carlos Mesa (2003-2005), segundo en la votación.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, había pedido este martes más temprano en Twitter a las «autoridades de Bolivia que se asegure libertad de movimiento y circulación de @LuisFerCamachoV». El organismo continental realiza desde la semana pasada una auditoría del proceso electoral boliviano.
Morales no ha comentado públicamente las acciones de Camacho, pero viene llamando a sus seguidores a defender su reelección y ha denunciado planes golpistas de la oposición.
– Denuncia en la OEA –
En Washington, el canciller boliviano, Diego Pary, denunció el lunes «un golpe de Estado en camino» en una sesión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) por la crisis boliviana.
AFP / DANIEL WALKERUna niña ondea una bandera en un acto del líder opositor boliviano Luis Fernando Camacho en Santa Cruz, Bolivia
Pary citó como evidencia «la agresión selectiva de la ciudadanía y a las fuerzas de seguridad», así como «el llamamiento a levantarse» a las Fuerzas Armadas y la Policía, y «la conminatoria bajo amenaza al presidente Morales de dejar el gobierno en 48 horas» de Camacho.
En el mitin del lunes en Santa Cruz, Camacho declaró ante sus miles de seguidores: «Yo personalmente le voy a llevar esa carta a la ciudad de La Paz» a Morales para que la firme.
Camacho había lanzado el sábado un ultimátum de 48 horas al presidente para renunciar y llamó a las Fuerzas Armadas a intervenir en la crisis política desatada tras las cuestionadas elecciones.
El plazo se cumplió el lunes en la noche sin ningún efecto en Morales, quien ha dicho que el llamado a los militares significa que la oposición quiere «muertos».
Las Fuerzas Armadas se han mantenido al margen del conflicto político, que entró en su tercera semana de protestas contra Morales.
Camacho también convocó a sus partidarios a que «paralicen» todas las oficinas estatales en Santa Cruz. Poco después, piquetes de opositores ocuparon las sedes del poder judicial y la fiscalía en esa ciudad, según medios locales.
– Pedido de auditores electorales –
Por su parte, la misión de la OEA que audita las elecciones en Bolivia pidió el lunes a los bolivianos que le entreguen la «información y documentación» que posean sobre los comicios.
«El equipo técnico (…) abre canales para recibir información y documentación relativa a las elecciones», dijo la misión en un comunicado, aunque no mencionó la posibilidad de que se haya extraviado material electoral (actas de mesas o papeletas de votación).
Al día siguiente de los comicios fueron quemadas cinco oficinas electorales regionales por manifestantes que denunciaban un «fraude» en favor de Morales.
La oposición boliviana sostiene que la auditoría de la OEA es «una maniobra distraccionista para mantener a Morales en el poder» y recuerdan que el mandatario desconoció un referendo celebrado en 2016 en el que los bolivianos rechazaron la reelección indefinida. Un polémico fallo en 2017 de un tribunal constitucional afín le permitió ser nuevamente candidato.
Vía – AFP