Los padres de familia temen de que sus hijos sean diagnosticados con algún tipo de discapacidad, espectro o condición. Esto debido a las etiquetas, los estigmas sociales y la discriminación que estos pueden sufrir. Puesto que los niño se vuelven en blanco solo por necesitar mayor apoyo por parte del cuerpo docente una vez que ingresan al sistema educativo.
“Es cierto que las personas encargadas de las niñas y niños al inicio tienen temor. Hay una negación ciertamente en aceptar que a veces sus hijos van a tener una condición específica por el estigma que la sociedad le crea a una persona con cualquier tipo de diagnóstico. Se les pone una etiqueta y entonces es muy difícil después de salirse de esa etiqueta”, aseguró Laura Matamoros, docente de Educación Especial de la UCR.
Según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en América Latina y el Caribe hay cerca de 19,1 millones de niños y niñas con discapacidad. Además, según esta agencia de las Naciones Unidas. Las discapacidades o condiciones que presenten los menores suele hacerlos blanco de bullying, discriminación y rechazo en los entornos fuera del familiar.
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“Hay padres que prefieren pasar por este proceso (refiriéndose al diagnóstico) solos, porque hay miedo. Pero el acompañamiento sí se brinda. Conozco a muchas colegas que hemos acompañado a los padres en el proceso de búsqueda de la persona especialista. Pero eso implica trabajo fuera de horario (para los docentes que acompañan a los padres), va muy ligado a una cuestión de disposición”, comentó Matamoros.
Según la especialista, la importancia de conocer cuál es la condición del menor, radica en que con esta información tanto los docentes como el centro educativo van a tener claridad acerca de cuáles son las necesidades de estos estudiantes. Y así podrán recibir el apoyo indicado y su proceso de aprendizaje se dará de una manera adecuada.
“La adecuación va a depender de las capacidades que tenga la persona estudiante y depende del apoyo que tenga la persona estudiante de su grupo familiar. Como el grupo docente que está a cargo de la persona estudiante (…), no necesariamente se requiere de un diagnóstico. Todo va a depender de la condición de la persona”, señaló Matamoros.
Aprendizaje de los menores con discapacidad
En el Octavo Informe del Estado de la Educación 2021, se evidenció que, según los lineamientos del Ministerio de Educación Pública (MEP). Durante la pandemia las familias fueron determinantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los menores que presentan algún tipo de discapacidad.
“Uno de los argumentos que uno escucha de manera repetitiva por parte de los docentes de educación primaria, educación secundaria. Incluso educación preescolar es que ellos no fueron formados específicamente para atender a esta población (…) Pero lo que pasa es que hay una falta de concientización en que no podemos discriminar”.
“En que hay niños que tienen una condición específica y niños que no, los niños, son todos niños con o sin discapacidad. Entonces es más que todo una situación actitudinal de sentirse atrapado, porque la información se recibe a través de la formación”, aseveró Matamoros.
Según Matamoros, la implementación de las medidas del decreto ejecutivo del 2018 N°40955. Establecimiento de la inclusión y la accesibilidad en el Sistema Educativo Costarricense, fortalecieron el sistema educativo del país.
Con información de Cr Hoy
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