Además de no poder resolver el modelo y la matriz energética, la cual aún depende de los hidrocarburos, en materia ambiental Costa Rica enfrenta un problema sin resolver: la creciente presión que ejercen las actividades humanas sobre las Áreas Silvestres Protegidas (ASP).
El Informe Estado de la Nación 2019, presentado la semana pasada, estudió el caso del impacto del cultivo de piña, una de las actividades agrícolas más importantes del país. El impacto es significativo: las piñeras tienen casi 4.000 hectáreas en ASP y más de 16.000 en humedales, sitios frágiles y vitales para el medio ambiente y su protección.
El reciente Informe encontró, a partir de imágenes satelitales al 2017, que existen 3.824 hectáreas de cultivo de piña dentro de ASP y otras 16.385 hectáreas en humedales. «La precisión del estudio permite constatar que el problema es severo, aunque no generalizable a toda la actividad», señala el Estado de la Nación.
En ciertas zonas, la expansión piñera implica la invasión de riberas de ríos, zonas protegidas y ecosistemas sensibles. Los investigadores del Estado de la Nación realizaron una análisis especial, a partir de una herramienta llamada Monitoreo de cambio de uso de la tierra en paisajes productivos vinculado a tenencia (Mocupp)
El Mocupp es una herramienta que realiza la publicación anual de mapas de la cobertura total de materias primas, que pueden ser teledetectadas usando sensores remotos. Lo hace con lla piña, pasturas, caña de azúcar, palma africana, entre otras. El objetivo es dar información para manejar sosteniblemente los territorios en los que se cultivan materias primas agrícolas en todo el país. También identifica en mapas, los focos de deforestación o regeneración de bosque sobre paisajes productivos de esas materias primas agrícolas.
«Ahora se sabe exactamente dónde y cómo se está dando este conflicto con la conservación ambiental. Los datos no solo retratan la situación, sino que pueden ser la base para una acción concertada entre los sectores público y privado, tendiente a remediar estas presiones», avisó.
La investigadora del Programa, Karen Chacón, señaló que el problema con las piñeras se concentra en la Zona Norte, el Caribe y el Pacífico Sur.
El Humedal Caribe Noreste, uno de los puntos afectados, incluye Tortuguero, Barra del Colorado y el Corredor Fronterizo Norte.
Costa Rica ya ha investigado el grave impacto de la agricultura sobre el ambiente. El Centro Nacional de Alta Tecnología (Cenat-Conare) y otros entes en conjunto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señaló que del 2000 al 2015 la industria piñera deforestó un equivalente a 5.566 hectáreas de bosque.
Además el Sistema Nacional Información Territorial (SNIT) mostró que en el 2016, las empresas piñeras instalaron 1.112 hectáreas de monocultivo dentro de ASP como Barra del Colorado. En el pasado gobierno de Luis Guillermo Solís, se prometió una moratoria en la actividad, la cual nunca se dio.
LOS HUMEDALES SON ESPACIOS DE TIERRA INUNDADOS DE MANERA PERMANENTE, REGULADOS POR FACTORES CLIMÁTICOS Y EN CONSTANTE INTERRELACIÓN CON LOS SERES VIVOS. EXPERTOS DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA (UCR) HAN SEÑALADO QUE PROVEEN HOGAR Y ALIMENTO A DIFERENTES ESPECIES DE FLORA Y FAUNA, AGUA DULCE A LAS COMUNIDADES CERCANAS Y, ADEMÁS, FUNCIONAN COMO UNA ESPECIE DE BARRERA DE PROTECCIÓN FRENTE A EVENTOS NATURALES EXTREMOS, COMO LAS INUNDACIONES Y LOS HURACANES.
El Informe también alertó que el 25,2 % de las plantaciones de marihuana (cannabis) encontrado y erradicado por las autoridades de seguridad en los últimos 11 años, se encontraba dentro de Áreas Silvestres Protegidas.
Desde la perspectiva ambiental, según los investigadores, la presencia de estos cultivos dentro de zonas silvestres de resguardo, evidencia las limitaciones del país en el cuido del patrimonio natural.
En esta última década, se destruyeron más de 5 millones de plantas en 351 mil metros cuadrados, lo que equivale a unas 87 canchas de fútbol.
Mucha agua, débil manejo
La semana pasada, la Asamblea Legislativa aprobó en primer debate una reforma constitucional para reconocer el acceso al agua como un derecho humano. El proyecto agrega un párrafo al Artículo 50 de la Constitución Política.
Sin embargo el país está lejos de proteger el recurso hídrico, al punto que durante más de tres legislaturas se ha fallado en generar una nueva normativa, que remplace una antigua y desfasada Ley de Aguas, que data de 1942.
El Informe Estado de la Nación 2019 de nuevo alertó del rezago en el manejo de los recursos hídricos, tanto en las debilidades de la administración pública, como por las desigualdades en acceso y consumo, y los riesgos futuros en torno a la disponibilidad y la calidad.
Los investigadores analizaron el consumo. Dividieron a todos los consumidores en 10 conjuntos iguales (deciles), ordenados según su consumo. En 2017 el decil 10 de los distritos utilizó 121 veces más agua que el decil 1.