Según un reporte de la Oficina de Propiedad Intelectual (IPO) del Reino Unido, las mujeres inventoras representan poco menos del 13% de las solicitudes de patentes a nivel mundial. Y aunque el número va en aumento, con el ritmo al que lo hace no alcanzará la paridad de género hasta 2070.
Por un lado está la ampliamente conocida brecha de género en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas): actualmente, solo el 28% de todos los investigadores del mundo son mujeres.
Esto inevitablemente influye en que la cantidad de solicitudes de patentes sean mayoritariamente masculinas:más de dos tercios de todas las patentes provienen de inventores individuales o equipos exclusivamente formados por hombres, mientras que solo el 6% corresponde a inventoras individuales y los equipos totalmente femeninos son casi inexistentes, representando solo el 0.3% de las solicitudes.
Por el otro, existe una cuestión más relacionada con quienes otorgan esas patentes: un estudio de la Universidad de Yale que analizó aproximadamente 2.7 millones de solicitudes de patentes de los Estados Unidos indica que las mujeres tienen resultados menos favorables que los hombres. Descubrieron que los solicitantes con un nombre obviamente femenino tenían menos probabilidades de que se aprobara su patente.
En la década del 90, la científica Ann Tsukamoto trabajó en células madre de la sangre humana e inventó un proceso para aislarlas del cuerpo. Su descubrimiento salvó ciento de miles de vidas y les dio otra oportunidad a los pacientes con cáncer de sangre.
En 1991 le otorgaron su patente y desde entonces lleva 20 años trabajando en la biología de las células madre, centrándose en cómo la medicina puede ayudar a combatir el cáncer y reparar órganos, cerebros y extremidades dañados.
Este es solo un ejemplo de patentes obtenidas por mujeres relacionadas con la biotecnología, la rama de la biología dedicada al estudio de los organismos vivos con fines tales como producir vacunas y medicamentos, diagnosticar enfermedades, producir alimentos (como la leche, el yogur y la cerveza) y manipular genéticamente semillas para mejorar las condiciones del cultivo.
Este sector es el que cuenta con la mayor proporción de inventoras: alrededor del 53% de las patentes en esta área tienen al menos una inventora.
Según el informe de la IPO, la proporción de mujeres inventoras se duplicó en los últimos 20 años; pasando a ser de solo 6.8% en 1998 a 12.7% en 2017, el último año del que se dispone de datos completos. Al ritmo actual no se alcanzará la paridad de género hasta 2070.